Gaylespol, la conciencia LGTB de la policía

La asociación lucha por la igualdad de trato y por la erradicación de la discriminación sexual a partir de la formación a los policías

Fortaleza, nobleza, capacidad de empatía, espíritu altruista, equidad, pero también tradicionalidad son algunas de las principales características de todo buen policía, ya que el cuerpo del orden público es conocido por su hábito incansable de trabajo como por ser benefactor del machismo.

 Para que esto cambie, ha nacido: Gaylespol. "Una Asociación de Gays y Lesbianas Policías que surge con dos objetivos claros: por un lado normalizar la diversidad sexual y la pluralidad de modelos familiares en la policía; y por otro lado, perseguir y mejorar las relaciones con el conjunto de la comunidad LGTB, que ya cuenta con más de 50 socios a nivel nacional”, explica Víctor Argelaguet, presidente de Gaylespol.

Una asociación que nació hace tres años, justo después de una conferencia organizada en Sitges en la que se discutió sobre estrategias y políticas de seguridad pública entorno el colectivo LGTB. “No se trata de crear servicios paralelos para gays, sino de incluir todos los modelos de familia y de vida en las políticas públicas. Porque hasta ahora no ha sido así”, asevera Argelaguet.

Manuel González, Vicepresidente y socio fundador de Gaylespol, es uno de los encargados de realizar las diferentes charlas informativas impartidas, por ejemplo, en las comisarías de los mossos de esquadra que operan en el gaixample. En sus visitas a estos centros informa sobre todo lo delictivo que concierne al colectivo gay y que puede que les sea desconocido. Explicando de esta forma como es frecuente los robos en saunas o la extorsión de chulos, normalmente de chicos jóvenes a hombres más mayores que después de realizar el acto sexual, les piden dinero sin haberlo acordado antes. “A veces todo acaba en agresión y otras la víctima se siente intimidada y paga al chaval para evitarse el problema y por vergüenza a denunciar. Nosotros contamos estos casos a los mossos para que llegado el momento de enfrentarse a esta realidad sepan cómo actuar”, afirma González.

• “El cruising es legal, porque ya hace mucho que no existe la ley de Vagos y Maleantes”

El 'cruising', por su parte, es algo más problemático de lo que lo son las saunas. Al ser una actividad  normalmente nocturna que se sitúa en lugares apartados y oscuros, de los que se benefician asaltantes y atracadores. De esta forma, los robos están a la orden del día junto a la extorsión e intimidación, e incluso se puede hablar de alguna muerte. Por lo que es importante informar de esto a las fuerzas del orden publico tal y como hace Gaylepsol. “También hay que decir que el 'cruising' es algo legal, porque ya hace mucho que no existe la ley de Vagos y Maleantes. Mantener relaciones sexuales, por ejemplo, en un coche o en un parque apartado con alguien no es delito, si no hay una exhibición, provocación a terceros o se hace en presencia de menores”, recalca el agente González.

Otro tema hasta ahora menos conocido es el de la violencia doméstica, ya que los medios llevan años hablando de ella, olvidando que también existe la violencia del mismo género, como pueda ser entre una pareja de hombres o una pareja de mujeres. Un ejemplo de ello es el caso de un hombre asesinó a su ex marido de una puñalada en el cuello y después se suicidó, en la localidad almeriense de Adra. “Es necesario hacer sentir cercanos a estos hombres maltratados para que denuncien y se sientan comprendidos”, recalca el oficial.

Asimismo, otra línea de actuación para Gaylespol es la de asesorar a las personas que hayan sido agredidas por parte de algún miembro de los cuerpos del orden público. “Denunciar es el primero de   los pasos”, sentencian desde la asociación. Y la gente no tiene que tener miedo porque ya hay precedentes que han mostrado que al justicia actúa con rotundidad antes estos casos. “El año pasado dos policías tuvieron un trato vejatorio y los policías fueron juzgados y sentenciados. Y nosotros luchamos contra eso, no queremos homofobia en ninguna parte”, indica González.

• Mujeres, lesbianas y policías

Isabel Tapia, socia fundadora y secretaria de Gaylespol, es una mujer lesbiana policía asentada en la localidad catalana de Sabadell donde comparte su vida junto a Dolors Lartuna. “Ella ya trabajaba en la comisaría cuando yo llegué y ahí nos conocimos y surgió el amor”, explica Tapia. Ellas intentan, con su ejemplo, cultivar el respeto a la igualdad desde la visibilidad en su trabajo con una doble dificultad: Primero enfrentarse al machismo que corresponde tradicionalmente a la policía, donde las mujeres apenas hacen más de dos décadas que se incorporaron a la profesión y, segundamente, los prejuicios contra su orientación sexual. “Porque pese a que cada vez hay mayor igualdad entre hombres y mujeres policías, aún queda mucho por lo que duchar, porque es necesario demostrar día a día que nosotras somos capaces de hacer el mismo trabajo que un hombre”, afirma Isabel Tapia.

En Gaylespol defienden con firmeza que lo realmente importante es ser buen profesional al margen de tu sexo y orientación sexual. Pero: “en una profesión tan masculinizada es imposible que desaparezca ni el machismo ni el sexismo, pero a medida que las generaciones nuevas llegan a un cuerpo policial, la realidad de éste también cambia y es algo que se nota”, apunta la agente Nuria Torres.

• Gaylespol ofrece en su número de atención: 629 66 09 69, lunes, miércoles y viernes, de 18:00 a 20:00 horas. Llamando a este teléfono podrás asesorarte en el caso de haber sido agredido por un agente.

Entrevista al Presidente de Gaylespol