...Ahora que ya hemos votado

Después de las sorpresas que me deparó el sistema democrático formal español en la campaña electoral, con la irregular y peculiar forma de repartir los lugares para la propaganda electoral y, sobre todo, de desarrollar los actos electorales en la calle; el remate llegó con la jornada de votaciones. El 7-J fue un ejercicio de normalidad antidemocrática en muchas mesas electorales, al menos, de mi ciudad.

Dándose un paseo por los colegios electorales, en jornada de votaciones, al menos en las últimas, se lleva uno sorpresas que te hacen reflexionar sobre todo lo que nos han vendidos desde la tan manida Transición Democrática (qué daño hace el uso persistente del lenguaje). Este es el panorama a pie de campo...

No todos los partidos tenían papeletas en los sitios establecidos, algunos partidos no tenían ni una papeleta expuesta en ningún sitio de algún colegio, en las cabinas sólo había determinadas siglas, papeletas estrategicamente colocadas para estar más a la vista y más al alcance de los votantes...

... desorden en las cajas de papeletas, algunas tiradas por el suelo, tejemanejes de los interventores de los grandes partidos para echar la culpa a los apoderados de los partidos pequeños y pasotismo de los miembros de las mesas electorales. La ley electoral dice que los votos de una mesa pueden ser impugnados por todo aquel que perciba alguna irregularidad de este tipo, y se debería haber hecho para sonrojar a más de uno...

A los grandes partidos no les hace falta ningún tipo de artimaña para estar a la cabeza de los resultados electorales, bastante han hecho ya con hacerse amigos de la banca para que les condone deudas millonarias (y después los partidos devuelvan los favores desde el Poder), hacerse con el control en los medios de comunicación para que sólo sean ellos los que existen, y tener de su lado a la policía y a las legislaciones para solucionar cualquier posible imprevisto que les obstaculice su camino hacia el sillón.

Lo dicho, todo esto, unido a una inducida abstención abrumadora, hacen que dude cada vez más de nuestro gran sistema democrático.