La Copa Confederaciones de Raúl

Los nuevos diamantes nacionales brillan más que nunca. Nuestros futbolistas están de moda y todos ven a España como favorita. Una selección repleta de nuevos aires que, tal vez, deberían haber tenido a un perro viejo en la concentración. Raúl González Blanco.

Vicente Del Bosque no ha sido justo con Raúl. Nunca fui raulista; sí anduve hace dos años entre los que abogaban por la jubilación adelantada del capitán del Real Madrid. Y valorando con calma y detenimiento las circunstancias considero que Raúl González Blanco debería estar con la Selección española en la Copa Confederaciones. Argumentos deportivos y no deportivos. Razones a favor y razones en contra. Su trayectoria le hacía merecedor de un 'premio' de estas características.

Las peleas que Raúl tuvo con el viejo cascarrabias, Luís Aragonés, existieron. Y en aquellos días el míster tenía razones para alejar a Raúl de la Absoluta. No había más que hablar: la actitud del abuelo fue cerrada y la actitud del capitán fue negativa. Pero aquí y en China siempre mandan los jefes. Y Raúl debió acatar las órdenes en lugar de intentar imponer las suyas. Pero con el tiempo transcurrido y con la salida de Luís Aragonés como seleccionador español, la herida dejó cicatriz pero apenas dolía.

La exclusión de Raúl con la Selección fue el remedio milagroso que recuperó la juventud futbolística del jugador. Empezó a sumar menos partidos en sus piernas y él mismo se vio en una situación nueva: volver a empezar de nuevo. Si quería regresar al combinado nacional tendría que sumar goles y engordar estadísticas. La inercia de su dorsal y de su nombre ya no servirían para volver a escuchar el himno nacional desde el terreno de juego. Y Raúl se empleó a fondo. Volvió a marcar y volvió a hacerse notar en el campo (con sus famososas celebraciones señalando el dorsal). Y poco a poco, sin ser aquel chaval con desparpajo, Raúl entró en una dinámica nueva y renovó ambiciones.

Raúl intentó todo. Él quería estar en la última Eurocopa e incluso forzó a Luís Aragonés a dar una rueda de prensa amistosa donde se juraron amor eterno. Aunque el míster no le incluyó en la lista de los elegidos. Y Raúl se mordió las uñas y el orgullo mientras los nuestros levantaban el Trofeo. Reserva o titular, la Eurocopa de Fútbol hubiera sido un broche perfecto para cerrar su ciclo con la Selección.

Después de aquello Luís se marchó. Del Bosque fue nombrado nuevo Seleccionador y las esperanzas de Raúl volvían a crecer. Vicente y Raúl mantenían una relación amistosa muy saludable. Ambos son historia viva del Real Madrid. Y Raúl ha querido mostrar sus argumentos en la presente temporada. Ha marcado 18 goles y ha jugado como titular en casi todos los partidos de su equipo. Algunos de bella factura, muchos bajo la huella de un delantero centro con instinto de gol, pero casi todos importantes. En un Real Madrid marcado por la polémica y salpicado por problemas ajenos, el capitán supo hacer piña con sus compañeros. Todos se cuadraban ante la voz del capitán porque la importancia de este cobra más importancia fuera del terreno de juego que dentro del mismo. Y él ha sabido capear el temporal que se cernía sobre el Santiago Bernabéu.

Raúl ha jugado 102 partidos como Internacional y ha marcado 44 goles. Desde 2003 es el máximo artillero de la historia de nuestro país con España. 3 Mundiales (Francia, Corea-Japón y Alemania), 2 Eurocopas (Holanda-Bélgica y Portugal) y otros menesteres. Muchas 'guerras' y muchas 'batallas'.

Raúl se arrastró durante un tiempo en el terreno de juego. Pero ningún técnico rehusó de él. Todos confiaron. Y por la 'casa blanca' han pasado muchos. Demasiados. Y todos pusieron en el once titular a Raúl. Porque si bien no tenía piernas, sí tenía corazón. El impulso del capitán no venía en los regates. Su pegada era otra. El espíritu y el alma futbolística de Raúl ayudaba enormemente al equipo. Los goles eran de otros pero el resultado era, en buena parte, gracias a sus aportaciones antes de empezar un partido. En el túnel de vestuarios no sólo hay charlas técnicas. Las hay de otra naturaleza. Y en eso Raúl es cátedra.

Vicente Del Bosque sabe la importancia relativa que tiene la Copa Confederaciones. Por un lado sabe que España nunca era favorita para nada, y ahora todos apuestan por nuestra Selección. Hay que aprovechar el tirón futbolístico de nuestros Iniesta y compañía. Ahora que tenemos la oportunidad: hay que ganarlo todo. Y más cuando tu predecesor ha conseguido una Eurocopa. Del Bosque no quiere ser menos y viaja a Sudáfrica a por todas. Pero en su interior sabe (y sabemos) que esta Confederaciones no es la panacea. Al menos en comparación con una Copa del Mundo o una Eurocopa. Por eso Raúl debería estar entre los elegidos.

Una especie de reconocimiento, de homenaje o de limosna. Llámenlo como quieran. Raúl ha cuajado una temporada muy digna y, con números en la mano, no desentonaría entre los convocados. Algunos otros como Güiza van gracias a otra limosna o indulto concedida por los técnicos y dirigentes de la Federación. Y teniendo a Fernando Hierro como mandamás y a Vicente Del Bosque como capitán, se hubiera hecho justicia con Raúl González Blanco. Una apuesta de la cantera nacional. Una estrella internacional que merecía mejor trato desde la Federación Española de Fútbol. En el banquillo o en el campo, Raúl tendría que haber viajado a la Copa Confederaciones que comienza en unas horas. Esta era su última oportunidad para vestir, por última vez, la roja y la absoluta. Por lo que hizo y por lo que fue. Por lo que sea, Pero tendría que haber vestido de rojo. Palabra de antiraulista...