La Argentina de las elecciones

(Desde Buenos Aires)Bien temprano la radio suena y suena. Un candidato opositor al Gobierno en las próximas elecciones legislativas , que es un éxito en un programa de humor, despotrica contra la economía argentina, los modos de conducción de Nestor y Cristina Kirchner y un juez que osó llamarlo a indagatoria por un caso relacionado al narcotráfico. Él, Francisco De Narváez, está en todos lados. Calles, televisión, Internet. No queda ningún lugar por corromper con su marca, algo que pondría furiosa a la Naomi Klein del libro No Logo y de la actualidad.

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De la misma vereda, pero un poco menos mediática, se encuentra Elisa Carrio, ex candidata a presidente dos veces y conductora de una coalición de partidos políticos inclinados a la centroderecha, igual que De Narváez. Ella pronostica y pronostica desde hace tiempo que el fin del kirchnerismo está por venir.

Su delfín para competir en la provincia más populosa de la Argentina con su par de oposición y con el ex primer mandario Nestor Kirchner, es Margarita Stolbizer. Una mujer, apoyado por parte de los dirigentes agropecuarios que cortaron más de 100 días las rutas del país el año pasado debido a la suba de un impuesto, que es menos apocalíptica que su jefa pero que busca desplazar al peronismo(PJ) identificado con sus contrincantes.

Es que en frente de ella están dos visiones del principal movimiento político de la Argentina. Una de derecha, identificada con los empresarios De Narváez y Mauricio Macri (también alcalde de la Ciudad de Buenos Aires) , y otro de centroizquierda, dirigida por el conductor del PJ y su esposa ,actual presidenta de los argentinos.
Está última fuerza intercala entre golpes duros contra sus dos opositores y un discurso moderado, pero al que nunca le falta la mención a sus logros como gobierno y al recuerdo de la década de Carlos Menem y la explosión del 2001 que llevaron al país a la catástrofe.

Al frente tiene para eso a una buena parte de dirigentes que apoyaron y coincidieron con las medidas tomadas en esos años, como De Narváez que financió la campaña de 2003 de Menem y Carrio que estuvo en la conjunto de partidos que llevó a Fernando De La Rua al poder hasta el estallido social de principios de 2000.

También están en ese recuerdo parte de las espadas políticas del kirchnerismo. Eso tampoco se le olvida tan fácil a una porción de los argentinos. Pero si, en cambio, este cronista tuviera que optar entre volver a pedir plata al FMI, como dicen en la oposición, o continuar por la senda keynesiana eligiría claramente a la segunda, a pesar de todos sus errores.

Las encuestas, por otro lado, las que no son manipuladas para favorecer a tal o cual candidato, dicen que el Gobierno ganaría en la Provincia de Buenos Aires, la jurisdicción que tiene a más del 35% de la población argentina, pero perdería en los distritos que le siguen en importancia, Ciudad de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba, lo que le haría perder la mayoría automática en el Parlamento pero no la primer minoría.

Aunque, para eso, como los amores, aún falta tiempo de sobra. Es que en la Argentina del fútbol y del tango todavía falta ver quién se llevará de la milonga a la mejor mina o quién meterá el gol definitivo que cerrará una de las elecciones más importantes de su hístoria.