Pau Gasol acaricia su primer anillo de la NBA (3-1)

Orlando, sentenciado. Dos triples de Derek Fisher y una espectacular prórroga del español dejan a los Lakers a una sola victoria de ser los nuevos campeones de la NBA. 91-99 para los de Kobe Bryant, que una noche más fue el máximo anotador del partido.

Gasol, atendiendo a las instrucciones de Bryant

Decía William Shakespeare, que quien se eleva cerca del sol con alas de oro, acaba por fundirlas. Razón no le faltaba, o si no que le pregunten a Orlando Magic, que se ha dejado arrebatar por los Lakers una nueva victoria en el tiempo extra, esta vez en su propia cancha, y sin Courtney Lee de por medio.

Sin perder en ningún momento la paciencia, y conscientes de que su momento llegaría, Los Angeles Lakers ha sabido esperar, y asestar en ese momento la puñalada casi definitiva a su rival, en pos de estas Finales de la NBA. El equipo de Stan Van Gundy, sin embargo, ha vuelto a demostrar que no es un equipo fuerte, que es un equipo que teme la victoria, y que respeta (o subestima) quizás demasiado a su rival. Por eso desde esta noche, Kobe Bryant y compañía están cada vez más cerca del anillo; un único paso más al frente es lo que necesitan, y parecen dispuestos a darlo cuanto antes.

91-99 ha sido el resultado final de un partido que ha tenido de todo. Si bien la primera parte ha sido larga y aburrida, la segunda nos ha hecho disfrutar de toda esa magia que no tiene ningún otro deporte, y sí tiene el baloncesto. "Puntos para qué os quiero", podríamos habernos preguntado en este artículo, ya que ninguno de los dos equipos puede presumir de haber estado espléndido en lo que a anotación se refiere, sobretodo tras una prórroga. No obstante, el dominio de Orlando Magic durante la primera parte era evidente, y de ahí el marcador al descanso (49-37); Turkoglu, Alston y Howard lideraron a su equipo durante los primeros 24 minutos, mermando a su rival no solo por los 12 puntos de diferencia, sino por la acumulación de faltas de sus jugadores interiores.

Pero todo cambió en el tercer cuarto. Trevor Ariza, errático durante la primera parte, se echó a los Lakers a la espalda y anotaba 11 puntos prácticamente consecutivos para liderar un parcial de 3-16 que ponía a los californianos un punto arriba. A partir de ese momento, y con el marcador igualado, los dos equipos se intercambiaron golpes (y canastas) para llevar el partido a un nuevo final frenético. Esta vez era Hidayet Turkoglu quién se erigía en el héroe del partido, con cinco puntos consecutivos para su equipo a menos de un minuto para el final. Pero una canasta rápida de Gasol, a pase de Kobe Bryant, dos tiros libres fallados por Dwight Howard (6/14 esta noche) con 87-84 y un espectacular triple de Derek Fisher, mandaba el encuentro a la prórroga (87-87).

Por primera vez desde 1984, cuando los Lakers de Magic Johson y los Celtics de Larry Bird se disputaban las Finales de la NBA de esa temporada, dos partidos de una Final de la NBA han tenido que resolverse en el tiempo extra. Una prórroga que forzó Derek Fisher, y que se encargó de sentenciar él mismo, gracias a otro increible lanzamiento triple del veterano base de los Lakers. Y es que al igual que en el segundo partido, la prórroga la dominó el equipo angelino, una vez más con Pau Gasol como uno de sus protagonistas.

Y es que su defensa sobre Dwight Howard (16 puntos, 21 puntos y 9 tapones) se volvió implacable, el aperitivo perfecto a los últimos cinco puntos de su equipo, que él mismo se encargó de anotar, para un total de 16 puntos y 10 rebotes, y un marcador final de 91-99. Dos mates en contraataque y un tiro libre con el que el de Sant Boi conseguía su punto número 1.000 en PlayOffs; un nuevo registro anotador de la que paso a paso se convierte en una carrera legendaria, aunque esta noche tan solo haya significado una anécdota más en medio de la vorágine que le supone estar a tan solo una victoria de convertirse en campeón de la NBA.

Una vez más Kobe Bryant fue el máximo anotador del partido, con 32 puntos, a los que hay que sumar 8 asistencias y 7 rebotes. Trevor Ariza con 16 puntos y Derek Fisher con 12 (6 de los cuales resultaron vitales) acompañaron a la pareja más determinante de la liga. Por parte de Orlando, tan solo dos jugadores consiguieron colaborar con el tremendo partido de su estrella, Dwight Howard: Turkoglu, tan decisivo como errático en los tiros libres, con 25 puntos, y Pietrus, que empañó su actuación al final del partido con una dura y desagradable falta a Gasol, que puede costarle perderse el quinto partido.

Los Angeles Lakers están cada vez más cerca de hacerse con el anillo de campeones de la NBA. Un solo paso al frente más, y habrán conseguido el título que se dejaron en el camino la temporada pasada. Y es que lejos de ser un equipo que se esconda, el conjunto liderado por Phil Jackson es de esos equipos capaces de dar un paso al frente cuando más se necesita, independientemente de qué jugador se lo proponga; por eso quizás tengan el anillo prácticamente al alcance de sus dedos.

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