Los pequeños grandes detalles de Pep

Siete de los once jugadores del Barcelona que saltaron al campo para disputar la final de la Champions eran canteranos. Cifra demoledora en el fútbol moderno. Después de la Ley Bosman no se hubiera imaginado tal hazaña. Y encima, con esos canteranos, el Barça se coronó. La Masía es el mejor patrimonio del Barcelona, club inigualable para criar a los jugadores de la casa, mimarles y hacerles triunfar en el primer equipo. Y eso Guardiola lo sabe. Como persona que conoce como nadie esa casa por dentro, el técnico culé sabe lo que tiene y de ahí que lo cuide con una delicadeza exquisita.

Durante toda la temporada Pep se ha caracterizado por su excelente trato a la cantera. Venía de entrenar al filial, por lo que conocía mejor que nadie la calidad de muchas de esas jóvenes promesas. Ciego tendría que estar para no contar desde el inicio con Víctor Valdés, Puyol, Xavi, Iniesta y Messi. A partir de ahí, su trato con el resto era inesperado. En verano se destapó pidiendo a Gerard Piqué. Pese a las reticencias de Laporta de traerse a los canteranos que escaparon a Inglaterra (como ocurre con Cesc), le convenció de cerrar la operación. Un año después, Piqué se ha convertido en el mejor central del equipo por delante de Márquez y Puyol, que no es poco. Un 'kaiser' que será un fijo para el Barcelona y para España durante los próximos diez años.

En la primera jornada de Liga, Sergio Busquets era suplente en Segunda B. La semana siguiente, Guardiola le puso de titular en el Camp Nou ante el Racing, después de que el Barcelona perdiera en Soria. Poco a poco, el hijo de Carles le ha discutido el puesto al gran Touré Yayá y ya se presenta como futuro pivote defensivo de la selección. Con Bojan ha tenido mucha paciencia, pues la competencia en ataque es demasiado fuerte. Guardiola no ha estado tan lúcido con él pero siempre ha defendido su potencial ante los medios. En Copa del Rey le dio la titularidad y se la mantuvo hasta el final.

Pep no dudó en alinear a todos los jugadores posibles del filial ante el Mallorca y Osasuna para reservar a sus titulares. Chicos como Oier, Jeffrén, Thiago Alcántara o Xavi Torres tuvieron su primera toma de contacto. Dos partidos consecutivos para ir ganando en confianza. Pero esos pequeños grandes detalles se multiplican con los que empiezan a hacerse un hueco o a los que les cuesta más. Incluso de los que parece que no tengan potencial para acabar jugando en el primer equipo. Los dos grandes gestos de Guardiola en los últimos días los protagonizan Marc Muniesa y Pedro.

El primero de ellos, joven central de 17 años del que hablan maravillas, debutó el pasado fin de semana contra Osasuna. Cuando llevaba media hora en el campo fue expulsado por una dura entrada. Guardiola salió a proteger a su pupilo, protestó con fiereza, levantó a su banquillo y, después, al Camp Nou. El estadio culé agarró el mensaje de su entrenador e inició una pañolada que duró varios minutos. Una pitada que, a buen seguro, más allá de la justicia o injusticia de la expulsión, consiguió consolar a su joven valor. Daba igual que eso desembocara en la propia expulsión del entrenador, como así fue. Por si el chaval no había quedado satisfecho con la reacción del público, Guardiola no dudó en llevarle a Roma tres días después y sentarle en el banquillo en detrimento de Hleb. Todo un detalle que hizo que el joven Marc olvidara por completo su desgraciado debut.

Tuvo tiempo Pep de acordarse de otro joven en Roma. Quiso Guardiola sustituir a Iniesta en el descuento. En el banquillo estaba Gudjohnssen, pero el técnico hizo que Pedro disfrutara del minuto más feliz de su vida, sintiéndode partícipe de la Copa de Europa. A esto hay que sumarle el detalle de verles, junto al desconocido Botía, o a Víctor Sánchez (que se había roto un dedo- celebrando este jueves el triplete con todos los jugadores de la primera plantilla. Dos detalles muy pequeños para dos jóvenes proyectos que engrandecen aún más la figura de Guardiola. Un gesto de tremendo valor para toda La Masía.

El Enganche