Madeleine Peyroux, la voz de tercipelo

Que te comparen con la gran Billie Holiday tiene que ser un honor, pero también tiene que suponer cierto peso en cuanto a la responsabilidad que tal título conlleva. No puedes decepcionar.

Madeleine Peyroux

Y es que la voz de Madeleine Peyroux tiene en común con la de “Lady Day” la manera que tiene de trascender del sentido del oído al del tacto. Puro terciopelo. Estas dos damas te acarician con la voz dejando una sensación de bienestar en el cuerpo que pocos intérpretes consiguen.

Habiendo crecido en Nueva York y California, la Peyroux se mudó a Paris con su madre cuando ésta se divorció de su padre. Siempre ha descrito la educación que recibió como un tanto excéntrica, aspecto que le ha ayudado bastante a consagrarse como la artista musical que es. Descubrió la música en el Barrio Latino de Paris, y con tan sólo 15 años comenzó a cantar junto con diversas formaciones musicales de Blues y Jazz, primero para los transeúntes, luego en cafés y bares. Esta experiencia sin duda asentó la pauta en la norteamericana para grabar su primer disco, Dreamland, en 1996, que incluía versiones de Patsy Cline, Edith Piaf o Bessie Smith. Un año después, debido a problemas de salud que afectaban considerablemente sus cuerdas vocales y a diferencias con su compañía discográfica, Madeleine se toma un tiempo de seguir actuando en pequeños clubs y colaborando con otros artistas, pero de una manera menos personal.

No será hasta 2004 cuando publique su segundo disco de estudio, Careless Love, incluyendo también versiones esta vez de Leonard Cohen, Bob Dylan, Elliot Smith o Hank Williams. Dos años después, Half a perfect world, también con versiones cuidadosamente escogidas de Serge Gainsbourg o el mismísimo Tom Waits, aunque esta vez también incluiría cuatro temas originales, compuestos por ella misma. La identidad de la cantante se ve afianzada y comienza a trabajar en los temas del que ha sido su último trabajo, Bare Bones, publicado el pasado mes de abril. Éste ya no incluye partituras ajenas, sino que los once temas son de composición propia junto con varios colaboradores, entre los que destaca su productor Larry Klein, quién también produjera a su ex - esposa Joni Mitchell.

Jazz, Blues y Swing de la mano para acompañar unas letras con un claro punto autobiográfico. Desde la optimista Instead, que con una sencilla letra y propugnando el título de “la nueva Billie Holliday”, propone sacar de la vida solamente lo positivo. Pasando por temas como el que da título al disco o Damn the circumstances, con ciertos toques folkies.

Por masquecine