Benidorm, Montmartre y el Boulevard de Clichy en Alicante

Montmartre es el mágico lugar donde nació la modernidad y la vanguardia de una ciudad como París, casa de las revoluciones europeas que lideró en el siglo XIX y cuna de los valores liberales que hoy en día siguen vigentes. Benidorm, por su parte, fue la ciudad donde los españoles comenzaron a acabar con sus prejuicios y pudores, gracias al cambio de mentalidad que propiciaban los miles de turistas ingleses, holandeses o franceses entre muchos otros, que visitaban el lugar más emblemático de aquel turismo que abanderaba el binomio ‘playa y sol’ en los años 60. Ambos lugares rompieron clichés y fueron espectadores de cientos de cambios sociales históricos, por lo que han sido considerados por muchos como plácidas probetas para la experimentación del arte.

Glamour y plumas en abundancia en el Benidorm Palace

En Montmartre Steinlen, Van Gogh o el mismísimo Picasso retrataron las calles y caras del barrio más famoso de la llamada ciudad del amor. Como también aparecieron un gran número de artistas anónimos que pintaban retratos en la conocida plaza de los pintores de Montmartre. Asimismo, esto fue algo que se importó hasta el alicantino mirador de Benidorm, donde hoy en día a cambio de poco más de 20 euros puedes conseguir ver tu rostro dibujado en un lienzo por algunos de los hábiles pintores callejeros que ahí trabajan su arte.

En lo más alto el arte pictorico cercano a las nubes y el cielo y, más abajo, las mayores bellezas cayendo hacía el infierno carnal en el siglo pasado y quizás también en éste. Porque bajando unas calles  desde Montmartre hacía el este de París, se encuentra el Boulevard de Clichy, casa de ‘lL´Infern’ o el mítico Moulin Rouge, que los benidoreños imitan con su particular Clichy en la zona del Rincón de Loix, una vez descienden desde el mirador hasta la playa de Levante -la llamada zona guiri de la ciudad-, ya que este lugar se encuentra los cabarets más y menos respetables, por así decirlo, de Benidorm: El Molino Rojo ’spanish version’ , The Town Cabaret, Benidorm Cabaret, The Sandra´s o the Stardust, y en todos ellos se rinde tributo a toda clase de artistas contemporaneos como: Frank Sinatra, Elvis, Louis Armstrong, Aretha Franklin y otros más actuales como Il Divo, Take That o Madonna. Por otra parte locales como: The Night Spot, Gigolo`s o el Stringfellas, están dedicados al culto de los cuerpos más curtidos que se desnudan buscando las propinas de los clientes más generosos. Porque en la noche siempre ha habido cabida para todos los gustos y aún sigue siendo así.

Y para los más exquisitos y pudientes existe el Hotel Benidorm Palace donde actuan las vedettes más explendidas según muchos. Y hay que decir que las mayorías no suelen equivocarse a la hora de reconocer las curvas y movimientos más sensuales. Y es que en las noches del Palace sombras y luces aparecen y desvanecen según el beneplácito del espectáculo donde las bailarinas alzan sus largas piernas al estilo de Marilyn Monroe en ‘Los Caballeros las Prefieren Rubias’ y ellos son la fuerza y la firmeza que las elevan por el aire al ritmo del Charleston. Porque, sin duda, la música es la gran protagonista de la noche. Qué sería de un cabaret donde no sonará The Dresden Dolls, The Tiger Lillies o Marlene Dietrich. Nada. Pero qué mejor que ustedes mismos acudan a Benidorm y lo descubran.