Fuerza y honor en Old Trafford

El Manchester se impuso por la mínima en su duelo inglés frente al Arsenal. Un solitario gol de O`Shea hace que los de CR7 tomen ligera ventaja en la eliminatoria. En cualquier caso: el fútbol inglés es otra historia.

Ocasiones de gol, pocas; ritmo y coraje a espuertas. La garra de los aficionados ingleses se transmite en el terreno de juego y los futbolistas se contagian. El cuerpo a cuerpo de unos y de otros hacen que el fútbol se juegue de manera totalmente pura. En Inglaterra no se pierde tiempo ni se busca la pillería. Tanto Manchester como Arsenal lo han demostrado en un partido English Tipical.

El United fue muy superior a los Gunners. En la primera parte sólo una actuación notable del español Almunia evitó la goleada de los diablos rojos, que sólo aprovecharon un error defensivo para que O`Shea transformara el que parecía ser el primero de los muchos. El ritmo vertiginoso de los chicos de Ferguson volvieron loco a los jóvenes del Arsenal. La artillería del Manchester se mostró activa en todo momento. Un más que motivado Rooney buscaba la espalda de los defensas del Arsenal y se movía por el área buscando su presa: el gol.

Esperábamos más de un Arsenal demasiado agarrotado. Por momentos, y salvando las distancias, recordó al rancio Chelsea que visitó el Camp Nou. El único a tono sería Cesc Fábregas. Los demás parecían pensar en el partido de vuelta. Siempre y cuando salieran vivos del Teatro de los Sueños. Arriba, Adebayor, parecía pedir limosna. Cuando uno llega a la semifinales de la Champions tiene que ofrecer más que un solitario delantero centro. Wenger tenía la excusa de la baja de Van Persie, pero un entrenador del Arsenal tiene que tener otro tipo de plan y muchas alternativas más.

Con el 1-0 el Manchester no se conformó. Quiso más. Pero el Arsenal fue abriéndose y también controló el balón. Pero arriba nada de nada. Cosa que no le sucedió al equipo local, con un centro del campo de calidad que no sólo anularon a Cesc Fábregas sino que hicieron jugar a los suyos. La velocidad de un equipo y otro sorprendía. Estamos acabando el mes de abril y los jugadores estaban frescos como lechugas. En cada jugada y en cada balón, se disputaba más que un partido: una filosofía futbolística.

En la segunda parte los diablos rojos dispusieron de oportunidades relativamente claras. Aunque la menos clara fue la que pudo acabar en el segundo del United. No podía ser otro. CR7 conduce un balón a casi 10 metros del área de Almunia y, de repente, se sacó un testarazo imparable que sólo repelió el larguero. La portería del Arsenal, y los jugadores, se quedaron helados ante la calidad que tiene el portugués. En un despiste, la chistera de CR7 resuelve el partido.

El vendaval del Manchester no tuvo más recompensa. Después de las dos semifinales ha quedado claro que hay dos equipos con fútbol y dos equipos con complejos. El Barça y el Manchester están deseando medirse mientras que el Chelsea y el Arsenal han salido al campo cagados de inicio. Y así, no se pasa de eliminatoria.

Este fútbol no tiene circo. Ver a dos equipos con la entrega y el pundonor que tuvieron el Manchester y el Arsenal reconforta a los aficionados del fútbol.