Resistencia exquisitamente británica del Chelsea

El Chelsea salió vivo del Camp Nou. El F.C. Barcelona fue fiel a su estilo de juego pero le faltó pegada y suerte. El acoso y derribo de los culés acabó en un 0-0 que complica las cosas para el partido de vuelta en Stamford Bridge. Pep Guardiola tendrá que aplicar el plan `b` para superar al gran estratega Hiddink.

Hacía mucho tiempo que un equipo no sacaba 'algo' en claro en el Camp Nou. Demasiado. Pero una eliminatoria de semifinales de la Champions League no es cualquier cosa. Ni el renovado Chelsea tampoco. En oportunidades claras el partido estuvo muy equilibrado pero en cuanto a juego, como siempre, el Barça volvió a dominar de cabo a rabo un partido con más emoción que juego.

Las intenciones de Pep Guardiola fueron claras desde el inicio del partido. Balón, balón y más balón. Jugando de banda a banda e intentando penetrar con Henry en lado izquierdo y con Messi en la derecha. Pero falló el argentino. Estuvo apagado, sin chispa y apenas aportó destellos. Sólo las subidas de Alves ponían nervioso a Bosingwa.

Hiddink 'atascó' el centro del campo para impedir la circulación del balón de Xavi e Iniesta. Mikel y Ballack tenían esa difícil misión que cumplieron a la perfección. La eterna promesa alemana no está para más pero el intenso trabajo de Essien hizo que el Barça se ahogara. Los planes del Chelsea pasaban por asfixiar la arteria principal del F. C. Barcelona.

Los ingleses consiguieron su objetivo relativamente pero el Barça fue fiel a sus principios. Poco a poco fueron abriendo un partido con un 67% de posesión del esférico. En el terreno de juego sólo hubo un equipo que quería jugar al fútbol y que llegaba al área inglesa pero sin hacer mucho daño. Los ingleses resistieron el 'bombardeo' e incluso tuvieron sus opciones.

Una de ellas en las botas de Drogba. Tras un cante de la defensa blaugrana, en botas de Márquez, Drogba se plantó mano a mano en el minuto 40 frente a Valdés pero, sorprendentemente, el marfileño estrelló el balón al cuerpo del guardameta y no aprovechó la mejor oportunidad del partido. Un killer no puede errar de esa manera; menos aún con ese nombre.

Con el susto en el cuerpo, el Barça se fue al descanso esperando su oportunidad. La paciencia de Pep Guardiola estaba siendo sometida a una gran prueba ya que, hasta el momento, nunca ha hecho falta ese otro plan que, ahora, tenían que poner en marcha.

La segunda parte tuvo la misma dinámica. El Barça intentó circular el balón para superar la barrera inglesa pero el Chelsea estuvo muy bien plantado. Sólo fueron sorprendidos en una galopada del camerunés Etoo que tampoco tuvo recompensa por una buena parada de Cech. Los culés tendrían alguna ocasión esporádica más pero en ningún momento clamorosas. Además, Guardiola empezó a pensar en el Madrid-Barca y dio entrada a Bojan y Hleb en sustitución de Etoo y Henry. El que también fue cambiado, por fuerza mayor, fue Márquez, cuya lesión podría hacerle perder el resto de temporada. Y sin Márquez y sin Puyol (vio cartulina amarilla y se perderá un partido) en Londres tendrán que sudar para frenar a la artillería del Chelsea.

Al final del partido, tablas en el marcador y la sensación de que el partido de vuelta será muy diferente. El Chelsea ha superado una dura prueba. Sin juego pero con oportunidades, sin fútbol pero con resultado. El empate les hará afrontar la vuelta en su feudo con un fútbol más directo, lo cual puede, incluso, venir muy bien al F.C. Barcelona. El problema para los culés es que tienen, entre medias, a un Real Madrid con el que se juegan la Liga a cara de perro. ¿Quién nos iba a decir que el Barça estaría tan apretado a estas alturas? ¿Canguelo?