El debate debe seguir ¿son necesarios los sindicatos?

Hace unos días saltaba a la palestra esta pregunta, como para dejarla en el aire y que la sociedad la respondiera. Pues hoy, más que nunca, el debate debe continuar y que los trabajadores de este país, y los parados por supuesto, dicten sentencia sobre los concertadores, liberados y quienes hacen llamarse representantes (o representontos).

Los sindicatos de este país están en entredicho. No sólo por el debate histórico de que si han perdido el espíritu de lucha por el que se crearon, porque sean parásitos del Estado y no puedan vivir sin sus millonarias subvenciones, por el ánimo continuo de concertación y no de transformación; sino porque ha llegado un momento en el que son insulto a los pobres, desprecio a los niños esclavos, y responsables del olvido de los parados.

Las centrales sindicales de este país sólo se ocupan de sus afiliados. Han traicionado al resto de trabajadores y obreros y, por supuesto, desde hace muchos años a los parados. Los desempleados no son motivo de lucha ni de manifestación para estos profesionales de la pancarta.

Los que no tienen trabajo no son el motivo por el que Cándido Méndez va a la Moncloa, las familias que tienen a todos sus miembros en las colas del INEM no son el motivo por el que Toxo y todos sus comisionistas se levantan por la mañana. Su única preocupación ante el drama obrero nacional es que las colas en el INEM no se alarguen mucho, que los funcionarios agilicen los trámites y que los cursillos de formación que ellos imparten (con subvenciones por supuesto, nunca con autofinanciación) se sigan llenando.

Ante la llegada de un nuevo Primero de Mayo (cae en viernes, muchos sindicalistas aprovecharán para irse de puente), es más necesario que nunca que los trabajadores y parados de este país se planteen la autogestión de los temas que nos atañen, sin dejarlos en manos de liberados que no han trabajado ni visitado el INEM en sus vidas.

Es más necesario que nunca si no queremos que esta crisis pase como si nada, esperando a la siguiente sin necesidad de alzar la voz para transformar el sistema laboral; y no concertar una salida para que esta agresión a los parados se olvide en unos años y, de aquí a una década, vuelva a darse la misma o peor situación.

Por el espíritu de los que murieron en el Primero de Mayo, y contra los que hoy viven del Primero de Mayo, asociación de parados y trabajadores, y a la lucha.