¿Quieres ser juez?

Después de todas las ostias mediáticas que ha recibido la Justicia en nuestro país, algunas por méritos propios y otras por intereses ajenos, al fin se ponen las pilas. ¿Cómo? Todos se hicieron eco de los errores pero nadie ha publicado una sola coma sobre las nuevas reglas del juego.

La  convocatoria se publicó la semana pasada. Los miles de opositores que actualmente preparan Jueces y Fiscales la esperaban como agua de mayo, después de que el nuevo Ministro de Justicia, Caamaño, anunciara en una rueda de prensa que no tuvo ningún interés en los telediarios y en las portadas de periódicos, cambios para que la Justicia empiece a estar a la altura de las circunstancias.

El parche que en nuestro país tiene la Justicia no aguanta más. En España existe la figura del Juez sustituto, una persona que con tan sólo acabar la carrera de Derecho y superar una entrevista personal ejerce como Juez en cualquier Juzgado. No tiene plaza fija pero su preparación para decidir sobre la libertad o las penas impuestas a un imputado es mínima y nada adecuada a las necesidades que tal cargo precisa. En España hay más de 600 Jueces sustitutos que llevan años ejerciendo mientras que miles de opositores rompen sus vidas para estudiar más de diez horas diarias durante una media de 7 años (además de la Licenciatura de Derecho que deben tener).

Las oposiciones para Jueces y Fiscales es, cada vez, más injusta y más inhumana. A pesar de necesitar Jueces en nuestros juzgados y en lugar de conformar un sistema de acceso a la Carrera Judicial más efectivo y más lógico, como un sistema similar al MIR, se salva la papeleta con la figura del Juez sustituto.

Las plazas previstas para Jueces y Fiscales se han ido ampliando tímidamente. Durante la legislatura de Aznar tan sólo se ofertaban 75 plazas y tras el cambio de Gobierno se llegaron, el año pasado, a 230 en total (de las cuales 150 eran para Jueces y el resto para Fiscales). La recién publicada convocatoria, la que será efectiva a partir de junio, ha pasado a tener 370 plazas, de las cuales 220 serán para Jueces. Sin duda, una declaración de intenciones sobre el nuevo rumbo que la Justicia pretende emprender.

Muchas veces el número de plazas ofertadas no es el problema puesto que un gran número quedan vacantes. Hay plazas pero no hay personas que la cubran. Y no porque éstos no estén lo suficientemente preparadas. Todo lo contrario. El problema radica en las formas en las que se examinan los aspirantes.

Por eso, y para garantizar que el máximo número de plazas ofertadas sean cubiertas, el Ministerio de Justicia y el Consejo del Poder Judicial (Órgano de los Jueces) han acordado que todo opositor que no logre superar los 3 ejercicios pero apruebe los dos primeros sólo tendrá que examinarse al año siguiente del último examen; siempre y cuando su nota supere la media que su Tribunal de evaluación haya establecido entre todos los que se hubieran examinado.

Además, los Tribunales examinadores se han comprometido a no 'echar' a ningún opositor durante la exposición de los dos primeros temas (de un total de los 5 que tienen que 'cantar'). De esta manera se 'obliga' a los Tribunales a escuchar a los aspirantes durante los primero temas de este.

La Justicia española, por fin, empieza a hacer bien las cosas. La pena es que los medios de comunicación no han dotado del mismo espacio informativo que sí dedicaron cuando las hicieron mal. Tal vez, ahora han sido los medios de comunicación los que no han estado a la altura de las circunstancias.