Esta semana empieza la Pascua. En Alemania es época de grandes celebraciones, adornos y chocolate.
A partir del viernes podemos vivir en Múnich, al igual que en el resto de Alemania, una de las tradiciones más curiosas e interesantes que los alemanes tienen en estas fechas, la celebración de la Pascua. Si alguien está pensando visitar el país, es sin duda un momento idóneo, lleno de color, diversión, chocolate y leyenda. La Semana Santa en Alemania es diferente pero muy atractiva, tanto para los alemanes como para los turistas.
En alemán la Pascua, llamada Ostern, no es lo mismo que la Semana Santa. Esta última recibe el nombre de Karwoche y, como en el resto del mundo, se trata de una celebración religiosa.
La Pascua, sin embargo, consiste en una serie de tradiciones paganas como, por ejemplo, los mundialmente conocidos conejos de pascua, que son los que traen los huevos de chocolate que los niños deberán buscar en un día tan especial como el Domingo de Pascua. Este día es, sin duda, el mejor para los pequeños de la casa. Los padres esconden los huevos de pascua en el jardín y los niños deben encontrarlos. Normalmente se trata de huevos cocidos y pintados. Lo normal es que los propios niños sean los encargados de decorarlos. También se pueden encontrar en las tiendas ya pintados.
Lo más conocido para los que no somos alemanes son quizá los huevos y conejos de chocolate. En las pastelerías se pueden encontrar de todas clases, colores y tamaños. También los hay rellenos de dulces y decorados de muy diversas formas.
Los días festivos de Semana Santa en Alemania van del Karfreitag, Viernes Santo, al Ostermontag, Lunes de Pascua. En estas fechas, numerosos lugares son engalanados con grandes conejos de Pascua y huevos de colores, entre otras cosas.
Muchos se preguntarán cómo comenzó la tradición de los huevos y los conejos de Pascua. Pues bien, hay muchas leyendas al respecto.
Algunos piensan que durante la Edad Media, el jueves santo, último día del año comercial, los campesinos tenían que pagar el alquiler de sus tierras a los dueños de estas. Dicho pago solía consistir en alimentos, así como animales.
Los huevos, que se acumulaban durante la Cuaresma, eran hervidos y usados también como moneda de pago. Junto a ellos, a veces también se entregaban liebres o conejos.
Se cree que fue en el siglo XVII cuando los adultos comenzaron a contarles a sus hijos que eran las liebres quienes traían los huevos de Pascua.
Tras la Segunda Guerra Mundial, los fabricantes de chocolate se quedaron con la figura de la liebre y sólo producían liebres de chocolate, de ahí la tradición actual.
Otra leyenda cuenta que el conejo de Pascua tiene su origen en las celebraciones anglo-sajonas pre-cristianas. El conejo, un animal muy fértil, era el símbolo terrenal de la diosa Eastre, a quien se le dedicaba el mes de abril.
El conejo, como símbolo de Pascua, parece tener sus orígenes en Alemania donde es mencionado por primera vez en unos textos del siglo XVI. Los primeros conejos comestibles se fabricaron en Alemania en el siglo XIX de pastelería y azúcar.
El conejo de Pascua fue introducido en EE.UU. por los inmigrantes alemanes que llegaron durante el siglo XVIII. La llegada del "Oschter Haws" se consideraba uno de los grandes placeres de la infancia, equivalente a una visita de Papá Noel en Noche Buena. Los niños creían que si se portaban bien, el "Oschter Haws" les dejaría huevos de colores.
También existe la creencia de que el origen del huevo de Pascua proviene de que, en épocas anteriores a la existencia de la celebración judeocristiana de la Pascua, los huevos eran utilizados en los ritos y festivales de primavera y se regalaban o se intercambiaban, ya pintados o decorados.
Estas celebraciones festejaban precisamente el fin del largo y frío invierno, y el "renacimiento milagroso" de los árboles y flores. El huevo, al estallar con una vida dentro, se convertía en el símbolo de ese renacimiento.
Con la llegada del Cristianismo, el huevo se transformó en el renacimiento del hombre, al tiempo que la fiesta del equinoccio de primavera pagana se convertía en la fiesta de Pascua cristiana.
Desde el siglo IX a finales del siglo XVIII, la Iglesia Católica prohibió a los fieles comer huevos durante la Cuaresma pues los consideraba un alimento equivalente a la carne. Por ello, la gente comenzó a conservarlos, y empezaron a cocerlos y pintarlos para diferenciarlos de los frescos y consumirlos finalmente el día de Pascua.
Así fue como se cree que esta costumbre fue introducida en el oeste del continente europeo. Más tarde, la tradición llegó a América con los misioneros.
Hoy en día, para la mayor parte de personas, los huevos y conejos de Pascua son simplemente una forma de divertirse al tener que prepararlos, pintarlos y luego tener que buscarlos. Sin embargo, todavía hay gente que cree que los huevos siguen teniendo el significado religioso de antes.
En Semana Santa, en algunas ciudades alemanas también es típico el Osterfeuer, en Baviera llamado Judasfeuer, fuego de Judas. Se trata de una hoguera que simboliza el comienzo de una nueva etapa, la primavera, dejando atrás el frío invierno y dando fin a todos los malos recuerdos.
El fin de semana que viene se presenta lleno de emociones y acontecimientos, Todos los que se hayan decantado por visitar Alemania y los que allí se encuentran seguro que disfrutarán de vivir sus tradiciones y leyendas.
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