La desesperación hace estragos en los medios tradicionales. La disminución de lectores, la consiguiente pérdida de ingresos publicitarios, la sucesión de quiebras y cierres de cabeceras y los efectos de la crisis están provocando reacciones antes impensadas e impropias de quienes han sido los baluartes de la libertad de expresión e información. Hasta tal punto es así que incluso algún osado se atreve a proponer medidas descabelladas y fuera de lugar.
Imagen: La otra TPA (http://www.laotratpa.com/)
Ya no se limitan a pedir descaradamente el auxilio del todopoderoso Estado para subsistir, aunque eso signifique menos independencia para la prensa, sino que algunos, como David Carr en el New York Times, exigen directamente la ejecución de un golpe de estado de los medios tradicionales contra la red. A la vejez golpistas, lo que faltaba.
Lo que propone Carr no es otra cosa que un frente común de los medios que convierta las ediciones on-line de los mismos en un sistema de pago, todos juntos y sin deserciones. Una locura suicida en pleno reinado de la Sociedad de la Información. Inclinar el Estado de Derecho hacia mi flanco para recoger todos los beneficios. Porque en realidad, más que de información de calidad, se trata de eso; pura y simplemente beneficios monetarios.
No habla Carr del papel decisivo de las fuentes, ni de la interacción de los medios en la red con blogs y redes sociales, de la que se nutren buena parte de las noticias que engrosan sus páginas web, para nada.
Tampoco se pronuncia sobre lo que dicha medida supondría en cuanto a la imposición de una línea editorial determinada y la vuelta al férreo control de los contenidos por parte de los consejos de redacción. No interesa hablar de eso, no conviene hablar de información. Sólo de negocio, de mercantilismo.
Los viejos medios se vuelven hacia los viejos errores que consiguieron desbancarlos como baluartes de las democracias occidentales y los sumaron en la mayor crisis de credibilidad de toda la historia del periodismo. Los viejos medios nunca cambian, por más palos que les den.
Ellos no escuchan los datos ni las tendencias, no quieren escucharlos, están harto de dolores de cabeza. Pero si se dejan guiar por la desesperación del momento, conseguirán que la deserción se pronuncie y ya tienen un problema futuro, de difícil solución desde estos planteamientos, con la forma de informarse que han elegido las nuevas generaciones, los nativos digitales.
Mejor no estudiar los nuevos planteamientos de un periodismo de calidad que sea capaz de resucitar a la profesión periodística y de paso a la prensa. Nada acerca de lo que planteó en Huesca, entre otros, David Beriain sobre el periodista como marca y el tratamiento de la información como un proceso continuo y en trasformación. Nada sobre la brillante teoría de Juan Varela sobre el periodista como red social, uno de los pocos respiraderos que le quedan a la profesión.
Los medios tradicionales se aferran al suicidio de la inmediatez y descartan las soluciones creativas que sean capaces de redimir al periodismo, porque están tan ciegos que no se han dado cuenta aún de que el problema de mayor envergadura no son los ingresos inmediatos, sino el conflicto que se arrastra desde hace años con los intereses de los lectores.
A obcecados no les gana nadie.
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Soitu.es se despide 22 meses después de iniciar su andadura en la Red. Con tristeza pero con mucha gratitud a todos vosotros.
Fuimos a EEUU a probar su tren. Aquí están las conclusiones. Mal, mal...
Algunos países ven esta práctica más cerca del soborno.
A la 'excelencia general' entre los medios grandes en lengua no inglesa.
Caminante no hay camino, se hace camino al andar. Citar este verso de Machado no puede ser más ocurrente al hablar de Mariano Rajoy. Tras la renuncia de Zapatero y las voces que señalan que la estrategia popular podría verse dañada, es necesario preguntarse algo. ¿Ha hecho camino Rajoy? ¿Se ha preparado para ser presidente? Quizás la respuesta sorprenda.
En: E-Campany@
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“Algunos luchamos por tener los pies en suelo.” Lo decía ayer en su Twitter Raül Romeva, uno de los cuatro eurodiputados españoles (Oriol Junqueras, de ERC, Ramon Tremosa, de CiU, Rosa Estarás del PP y él, de ICV) que apoyaron la enmienda para evitar que el presupuesto comunitario de 2012 contemple los vuelos en primera clase de los parlamentarios europeos. No era una excepción. Lo escribía ahí porque es lo que hace siempre: ser transparente.
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Son los cien primeros, como podrían ser doscientos o diez. Lo importante es el concepto. La idea de tener unos días para llevar a cabo la transición desde la oposición al gobierno. Del banquillo, a llevar el dorsal titular. Nunca tendremos una segunda oportunidad de crear una buena primera impresión. Y los cien primeros días son esa primera impresión. Veamos su importancia.
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“Os propongo que sea el Comité Federal, en la próxima reunión que tengamos, después de las elecciones autonómicas y municipales, el que fije el momento de activar el proceso de primarias previsto en los Estatutos del partido para elegir nuestra candidatura a las próximas elecciones generales.” De esta manera, Zapatero ha puesto las primarias en el punto de mira tras anunciar que no será candidato a la reelección. Tras este anuncio, observamos algunas reflexiones sobre el proceso
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