Todos Contra Chávez

Son siete de la mañana en Puerto Madryn, Chubut, provincia argentina, la ciudad de la ballenas, cuando prendo el televisor y realizo un breve zapping para quedar en TVE. La intención es informarme un poco de la realidad española y saber las últimas novedades del escándalo de corrupción del PP, del que tan poco se ha hablado en mi país.

foto del confidencial.com

Pero el programa 'Los desayunos de TVE' parece ir por otro lado. Más bien para el clásico y gratuito péguele a Hugo Chávez, presidente de Venezuela, por “antidemocrático”. La mesa argumenta que “la reelección indefinida atenta contra las instituciones”, los “comicios fueron fraudulento”, “la revolución bolivariana no ha cambiado la realidad social venezolana” y  tilda de “dictador” al mandatario. En fin, ellos invocan verdades a medias o mentiras descaradas.

Que el chavismo tiene muchos puntos a criticar es verdadero. Pero que esantidemocrático ya es una acusación falsa y desacertada contra un proyecto que se ha puesto a prueba ocho veces en la urnas desde que está en el poder. Todas monitoreados por organismos independientes del mundo que nunca han detectado alguna irregularidad. Incluso hace poco más de un año el oficialismo perdió una elección para sancionar una nueva Constitución por un puñado de electores y reconoció su derrota al instante.

Tampoco la reelección indefinida atenta contra las instituciones. Lo que sí lo hace es el hiperpresidencialismo que lleva Chávez en el país debido a que tiene el control total del Parlamento. Situación a la que no llevó él sino la oposición en 2004 cuando decidió no presentarse a las elecciones legislativas por considerarlas fraudulentas y que puede modificarse dentro de unos pocos años.

En cuanto a la realidad social del país, cabe la pena citar a Santiago O'Donnell, especialista en internacionales  del diario argentino Página 12, para desestimar esta premisa:

“Luego de diez años de chavismo la pobreza extrema se redujo del 17,1 al 7,9 por ciento. Creció la tasa de escolaridad y la de preescolaridad trepó del cuarenta al sesenta por ciento.. La tasa de mortalidad infantil cayó de 27 por mil a catorce por mil. El acceso al agua potable subió del ochenta al noventa y dos por ciento. Bajó mucho el coeficiente de desigualdad entre los hogares, el país escaló posiciones en el índice de desarrollo humano de la ONU, creció la expectativa de vida, bajó el desempleo, subió el trabajo en blanco con respecto al negro, se blanquearon millones de jubilados, el consumo alimentario creció un 170 por ciento”

Por otro lado, señalar a Chávez como un dictador es por más desmedido. Es cierto que posee actitudes reprochables pero también lo es que el mismo fue el que impulso la ley que establece la posibilidad de realizar un referéndum revocatorio en su contra si los electores lo deciden.

Sí es verdad, en cambio, que Venezuela depende únicamente de la exportación de petróleo y que no ha diversificado su industria. Cuestión que le pasará factura en esta crisis económica mundial debido a la brusca caída de los combustibles y hará más difícil continuar con el mismo nivel de planes sociales.

También lo es que deberá buscar una solución a la inflación que sufren los precios de los productos en el país. Drama que, según los más pesimistas, llevará al País Latinoamericano a un periodo de estanflación (estancamiento de la economía con inflación), que repercutirá en lo extractos más bajos. Aún con la precensía de  los mercados comunitarios del Estado que venden alimentos más baratos en las barriadas más pobres.

Además, en un periodo mundial donde se promueve una mayor apertura al diálogo debido al cambio de actitud de Estados Unidos desde la asunción de Barack Obama como presidente, Chávez debería evitar confrontaciones tontas para mejorar su imagen en el mundo y convertirse en uno de los interlocutores válidos en la región.

Esto es uno de los principales errores de su Gobierno junto al desmedido empuje a la confrontación con cualquier actor de su sociedad y del extranjero. Es algo que tendría que modificar para evitar los prejuicios en su contra. Algo que le quita credibilidad a su discurso y lo debilita ante la comunidad internacional.

En cambio, lo que sí ha logrado el oficialismo venezolano es identificar a los más necesitados en un proyecto político. Eso es lo que hace diferente al chavismo del resto de alternativas y es una idea que debería consolidar aún más para pasar de una transición a una verdadera revolución social.