Sobre Phelps, el cannabis y la hipocresía

Asisto atento a las noticias sobre Michael Phelps en los últimos días. Resulta que han cazado al extraordinario nadador norteamericano fumando hachís en una pipa. Las fotos han dado la vuelta al mundo y las reacciones no se han hecho esperar. La Federación de natación de EEUU lo ha sancionado durante tres meses, la marca Kellogg rompe el contrato que mantenía a Phelps como imagen de la firma y voces indignadas se alzan aquí y allá, clamando al cielo por una actitud que consideran escandalosa. Y yo no salgo de mi asombro ante tanta hipocresía.

Michael Phelps, un campeón en la piscina

De todo este tema lo único que me parece bien es la decisión de Kellogg. O mejor dicho, me parce normal. Se trata de una marca privada que contrata a un deportista de élite porque su imagen vende. En el momento en que ellos entienden que la imagen de Phelps deja de vender, rescinden el contrato. Siempre que haya una claúsula que les permita efectuar ese tipo de acción, perfecto. La marca teme que la pérdida de imagen del nadador sea perjudicial para ellos. Puede que dentro de unos meses, cuando Phelps se cuelgue otro puñado de oros en el Mundial de Roma, se arrepientan. Allá ellos.

Lo que no entiendo bajo ningún concepto es la suspensión de tres meses. Aparte de que se trate de una sanción de caracter totalmente simbólico -¿iba a competir Phelps durante estos tres meses?-, una cosa debe quedar clara: Phelps no ha dado positivo en ningún control antidoping. Podríamos abrir otro debate sobre la utilidad de incluir entre las sustancias prohibidas una droga como el cannabis, que dudosamente puede influir positivamente en el rendimiento deportivo. Pero en este caso no es tan siquiera necesario. No existe control antidoping. No existe positivo. Solo existe una fotografía tomada en una fiesta privada y la propia confesión del nadador.

¿Cuáles son las razones, por tanto, para dicha suspensión? Según la propia federación: "Hemos decidido enviar un mensaje a Michael porque ha decepcionado a demasiadas personas, y especialmente a los cientos de miles de niños miembros de la Federación de Natación de EE UU que le miran como un modelo y un héroe". Aquí se plantean una serie de cuestiones. ¿Debe un extraordinario deportista extender su excelencia deportiva a su vida privada? ¿Podemos exigirle que sea un modelo para todos y actúe como un héroe? ¿Alguien le ha preguntado a él si quiere interpretar el papel de héroe? Yo admiro a un deportista por lo que hace en el ejercicio de su profesión, como admiro a un cantante por sus discos, a un actor por sus películas, a un periodista por sus textos o a un ingeniero por sus proyectos, y me trae sin cuidado lo que hagan con su ocio, siempre que no repercuta en el desempeño de su trabajo.

Hay que tener en cuenta que no estamos hablando de algo que Phelps hiciera en el transcurso de una competición o en época de entrenamiento. La foto está tomada un par de meses después de los Juegos Olímpicos (el 6 de noviembre) en un periodo sabático para el nadador estadounidense. Hablamos de un chico de 23 años que durante muchos años se prepara duramente para un objetivo casi inalcanzable y después de lograrlo entra en una etapa casi obligada de relajación. Se puede ser más o menos comprensivo con su forma de distraerse, pero, en cualquier caso, forma parte de su vida privada. Hay quienes intentan comparar la Operación Puerto, donde se investigaba una trama organizada que presuntamente utilizaba un consumo sistemático de EPO para mejorar el rendimiento deportivo, con una actuación aislada y que en ningún caso beneficia al rendimiento deportivo como la de Phelps. No sabe uno si reír o llorar.

Sobra decir que en ningún caso estoy haciendo apología del consumo de cannabis (allá cada uno con su cuerpo), pero me parece indigno que se intente estigmatizar a un enorme deportista por un hecho puntual. No puedo dejar de pensar en la hipocresía que encierra este comportamiento. Y me asquean aquellos que se indignan y censuran a Phelps mientras se piden su quinto whisky o abren el segundo paquete de Marlboro del día.