Yo no utilizaré Google Latitude

Google acaba de lanzar el geolocalizador de dispositivos móviles Google Latitude. A través de la red GSM (la red que utilizan los teléfonos móviles), Google Latitude ofrece al usuario la posibilidad de mostrar y compartir con sus amigos el lugar donde se encuentra en tiempo real el dispositivo móvil por donde se accede al servicio. En otras palabras, Google Latitude muestra a tus amigos donde estás en estos momentos y a su vez te muestra donde se encuentran ellos.

Hasta ahora, Google conocía nuestros gustos, sabía lo que buscábamos, qué agenda teníamos, a quién y qué escribíamos en nuestros correos electrónicos, incluso sabía que aspecto teníamos a través de las fotos que alojabamos en Picasa. Pero en todo caso siempre tenía que imaginarnos sentados enfrente de nuestro ordenador personal o a lo sumo, llegaba a distinguir cuándo estábamos en el trabajo. Con Google Latitude se da un paso más hacia el límite, hacia el acantilado, donde nos es despojada toda identidad privada y particular.

Yo no quiero llevar a Google todo el día conmigo, no quiero que sepa lo que hago las 24 horas del día. Google es un buen compañero de trabajo, pero no quiero ser su amigo.

Más allá de que no me parezca apropiado que Google conozca nuestra localización en cada instante, tampoco veo como un gesto sano que los amigos, familiares, pareja o quien quiera tenga la posibilidad de saber dónde está uno en cada momento. Los jefes también conectarán a sus empleados a Google Latitude amén de la productividad. Cada individuo necesita su espacio propio, un cierto margen de movimiento para estar a gusto en cada lugar, en cada momento. ¿Es que estamos dispuestos a soportar los que soporta, por ejemplo, Ana Obregón, teniendo 10 paparazzi encima nuestro, vigilando todo el día, y todo ello sin ser ni vanidosos ni ricos ni famosos? ¿Compensan esta carga, de alguna manera, los servicios que ofrece?

Google ya ha dicho que guardará la información del Google Latitude muy poco tiempo en sus servidores, para garantizar la privacidad de los usuarios. A los demás sólo nos queda, una vez más, pedir a Google que no sea malo.

"Es libre el que vive según su elección" Epicteto 

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