Vuelve Soros

Nunca se había ido del todo, pero durante algún tiempo George Soros, el financiero más famoso y menos encasillable del mundo, había dejado de estar en todos los titulares.

George Soros

Durante unos años Soros dejó de estar en el día a día de los negocios, delegando la gestión de su fondo de inversión en otros profesionales, hasta que, según ha revelado recientemente, su convencimiento de que se acercaba una recesión le empujaron a tomar las riendas de forma más directa.

También desde el punto de vista político había dejado los focos, tras la feroz campaña que medios ultraderechistas norteamericanos le dedicaron pro su apoyo a los demócratas y su impulso a la organización activista MoveOn.org. Fue uno de los primeros que apoyaron a un Obama aún no tan prometedor, pero prefirió no tomar un papel prominente, dado que su imagen entre los republicanos podían suponer un lastre para el candidato.

Pero ahora su condición de especulador heterodoxo le ha proporcionado de nuevo un protagonismo apabullante. Protagonista de Davos, hace titulares igual cuando anuncia la posible crisis del euro, que cuando declara ante la Cámara de Representantes de Estados Unidos en noviembre. Se le menciona incluso cuando no él, sino uno de sus antiguos colaboradores hace manifestaciones sobre fortaleza de la libra esterlina.

Esta pasada semana ha tenido el honor de ocupar una página entera en el Financial Times, explicando su visión de la crisis, y de protagonizar el suplemento dominical de ese diario.

Hay que reconocer que tirón mediático no le falta. No es habitual encontrar una persona que gane tanto dinero, pero que quiera ser recordado como filósofo. Que aproveche todas las herramientas del sistema financiero, mientras que aboga por su reforma y predique una mayor intervención pública. Que muestre una visión tan práctica de los asuntos económicos, mientras se gasta millones en promocionar causas políticas.

Su visión personal debe mucho a las experiencias de su juventud. Su padre fue también una persona contradictoria, en la que convivían un vividor con un idealista (como se mostró en su constante participación en el movimiento en favor del esperanto, en el que fue un editor destacado). Tivadar Schwartz, apellido que luego cambió a Soros, una palabra con doble significado en húngaro y en esperanto, era un judío húngaro, que se las arregló para sobrevivir al Holocausto creándose una personalidad clandestina para él y su familia, buscando los resquicios necesarios antes incluso de que muchos de sus amigos detectasen el peligro que corrían. Sus aventuras las describió en un libro, “Maskerado”, publicado por primera vez en Canarias, en el mencionado idioma esperanto.

George (entonces llamado Gyorgy) aprendió el esperanto de muy joven, y gracias a él pudo escapar de la Hungría comunista y establecerse en Occidente. En numerosas ocasiones ha declarado que el ejemplo de su padre, y sus experiencias durante la persecución filonazi marcaron su vida y su carácter.

No es de extrañar que sus opiniones y sus actitudes llamen tanto la atención, ya que no se trata del especulador típico, esa figura que tanto odio ha concitado recientemente. Sin embargo, creo que su figura ha sido sobrevalorada. A mí me parece más interesante su padre.