"Un Estado Palestino es imposible"

Andres Criscaut es periodista, especialista en Medio Oriente dentro de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales(FLACSO) y autor del libro La Construcción de la identidad israelí y de textos sobre los nacionalismos de la zona. Sus escritos, además, han sido publicados en Le Monde Diplomatic y objeto de estudios de diversos centros de estudios internacionales

Usted plantea en uno de sus artículos que ha habido un retraso del mundo Occidental para entender a los palestinos. ¿A qué cree que se debe esta dificultad y qué habría que comprender?

Se da porque es complicado entender las diferencias de capas de identidad que hay en Medio Oriente donde hay congregaciones más amplias que lo que podrían ser fronteras nacionales. Éstas son el mundo árabe e islámico. Más adentro de ellas, se puede ver el nacionalismo palestino, que fue decantando ideas que llevaron a pensar en un país, un concepto del Viejo Continente. Los que apoyaron esto fueron los árabes cristianos que obtuvieron una educación europea y mantuvieron mucho más contactos con el concepto de un Estado propio.

En su último texto asegura que ellos deben ser capaces de mostrar cómo y qué implica construir un nuevo país en el siglo XXI. ¿Cuáles son las principales problemáticas para llevar a cabo esto?

Es imposible que haya un país, si no lo hubo y no lo hay, que pueda poseer continuidad territorial como están dadas las cosas. Pongo como ejemplo el caso de la división de Pakistán y la India cuando el primero tenía una parte Occidental, que hoy se llama Bangladesh, y otra Oriental que terminaron siendo naciones diferentes aunque debieron ser una misma unidad. Digo esto porque hoy los palestinos se encuentran en un conflicto entre Cisjordania y la Franja de Gaza a través de una división política de Gobiernos con una OLP al mando de la primera y un Hamas al frente de la segunda. No es casual que en ese problema interno del nacionalismo árabe esté en el medio de las dos zonas que corresponderían para la creación de ese país un Estado llamado Israel, que ha llevado al extremo la idea del divide y reinarás.

También ha considerado que la evolución del nacionalismo palestino hubiera sido sumamente diferente sino hubiera existido el Estado de Israel ¿Este factor en que influyó?

Primero hay que decir que el concepto no nació como una reacción automática al sionismo. Ya desde antes hay indicios de formar una identidad propia a partir de otros patriotismos islámicos. Básicamente con el sirio que planteaba formar una gran Nación que incluyera las zonas palestinas y jordanas. Lo que sí estuvo íntimamente relacionado en la evolución de su pensamiento fue el Estado hebreo. Es una paradoja que el gran catalizador que provocó la unión de todos ellos en un único ente administrativo fuera la Guerra de los Seis Días en 1967 cuando ocurrió la toma de Cisjordania y la Franja de Gaza, que llevó a que los palestinos tomaran contactos con sus coterráneos de Israel. Este ente fue la OLP, dirigida por Al Fatah. Su creación fue compleja y complicada porque gran parte de la gente que era representada allí fue expulsada de sus tierras.

Dentro de sus textos ha afirmado que hasta que no se entienda al judaísmo en un parámetro más universal y amplio de justicia, el enfoque y la relación con el Estado de Israel serán conflictivos. ¿De qué manera se llegaría a que comunidades como las árabes resuelvan este problema?

Hace poco leí el libro 'Contra el Estado de Israel' de Yakov Rabkin sobre el debate que hay en varios ámbitos judíos sobre la relación de ser de su colectividad, que no esta definido desde ningún punto de vista, y el ser israelí que tiene características más precisas. Esta confusión es funcional a las necesidades demográficas. Que una persona que se pueda considerar judío en la diáspora tenga más derechos que un palestino que nació dentro de las fronteras del Estado hebreo presenta una disyuntiva que hay que entender a través de los parámetros políticos que plantea la creación de una Nación que pone premisas tan ambiguas, volátiles y laxas que ni para las mismas personas que dice representar queda claro.

Por otro lado, usted ha considerado que un estilo tradicional de nación quizás no sea el modelo a seguir en el actual conflicto entre ambas  facciones. ¿Qué otras alternativas habría que considerar?

Me parece que las poblaciones están tan relacionadas que quizás las propuestas que decían crear un país binacional son más viables aunque en los hechos la convivencia entre los dos pueblos no es posible, al menos desde un punto de vista pacífico. También hace poco había el trazo de un mapa que incluía al Estado Palestino desde Cisjordania, pasando por Galilea, con una salida al mar en el norte de Haifa, ciudad israelí, que les daría una continuidad territorial. Por otro lado, hay propuestas interesantes sobre obtener y ceder tierras, hasta hubo acuerdos. Pero dado la conformación actual, las posibilidades de establecer una Nación en dos zonas desvinculadas geográficamente es imposible, tal cómo ha demostrado la historia.

Situación en la Región.

¿Cómo ve la situación en la zona?

Se tiende a ver a una situación complicada en Medio Oriente. Aunque, si bien no hay muchos datos de donde recopilar y que  son difíciles de conseguir, Israel tiene la posibilidad de lograr una estabilidad y una atmósfera bastante más tranquila en el momento que quiera. En este momento posee unos medios, unos recursos, un apoyo diplomático, un peso y una fuerza en la región que nunca antes ha tenido. Sin embargo siempre ha sido un Estado poderoso que se ha valido de una retorica y una propaganda  que instalaban la idea del pequeño David amenazado por el gran Goliat, representado por el Mundo Árabe, que le ha servido para su posicionamiento diplomático en el Mundo.

¿Por qué cree que no lo hace?

Si no lo hace debe ser  porque hay serios intereses para que no se llegue a una situación de estabilidad y paz en Medio Oriente. La venta de armas, tecnología, los intereses diplomaticos, la cuestión del agua y petróleo que juegan en contra de esto.