Hunter S. Thompson: Periodismo Gonzo

Hunter S. Thompson y su periodismo gonzo son padres para los tiempos modernos en los que la opinión, información y narración periodística se mezclan sin poder diferenciarlos, y a la vez un hijo de todo una conglomerado de pensamientos culturales y movimientos sociales. Un nexo, un nodo por el debería pasar toda la realidad. Lástima que este dios y monstruo sea relativamente desconocido por el público general.

Thompson, doctor en periodismo

Evidentemente una figura de tamaña magnitud sólo podría haber nacido en la América de la posguerra mundial. Inició su carrera periodística en el ejército de donde fue licenciado por recomendación de su oficial superior. Su coronel afirmó, con una visión bastante clara de la joya que había pasado por sus manos, que "a veces su actitud de superioridad y rebeldía parece pegarse a otros miembros de la escuadra". Claro que Hunter pronto devolvió la moneda a sus oficiales inventadose una nota de prensa en la que se definia como “completamente inclasificable”.

“Completamente inclasificable”

Corresponsal en varios medios de Nueva York, de donde fue sistemáticamente despedido por insubordinación, periodista freelance en un gran número de países de Latinoamérica en plena ebullición de cambio, Director de Asuntos Nacionales de la revista Rolling Stone durante treinta años, sin escribir jamás artículos relacionados con la música en una revista eminente musical, novelista, escritor de cuentos y doctor en periodismo. No es fácil definir a este genio, para muchos desconocido, del siglo XX.

Además de su genialidad y su personalidad tremenda, el mismo definía al alter ego de sus obras Raoul Duke como un “freak californiano” y un “yunkie adicto a las drogas”, Thompson nos ha dejado el periodismo Gonzo que sin duda ha influenciado a gran parte de los cronistas modernos de manera directa o indirecta. El Gonzo, término que en realidad no fue nunca acuñado por él aunque su abogado samoano y compañero de correrías se autodenomina Doctor Gonzo, es un estilo en el que cronista se convierte en protagonista de su crónica, promoviendo su acción y sufriendo sus consecuencias. Hunter fue puliendo su estilo Gonzo en todas sus obras, aunque su nacimiento fue pura casualidad.

En 1970, Thompson escribió un artículo llamado El Derby de Kentucky es Decadente y Depravado (The Kentucky Derby is Decadent and Depraved), para una una pequeña revista deportiva. En realidad nunca llegó a escribir el artículo. Hunter, requerido por su editor y desesperado por cobrar la noticia tras varios días descentrado y sin dormir, arrancó de cuajo las notas que había tomado en su cuaderno, en muchas ocasiones bajo los efectos de narcóticos, y las envió al editor. Cuando se dió cuenta de lo que había hecho trató por todos los medios de poner tierra de por medio, como era habitual en él. Pero aquellos papeles manuscritos, con un estilo maniático y subjetivo en primera persona, encantaron a su editor que no dudó en publicarlos. El mundo del periodismo había girado su cara hacia un nuevo sol.

Pero antes de esto el nuevo genio había dado una patada a la literatura estadounidense convirtiéndose en una referencia contracultural. No era Gonzo, pero ya era su embrión. Su libro “Los Ángeles del Infierno” se convierte en una crónica de los movimientos de drogas de esta banda de motoristas por todo el país, lo que ocasionó una amenaza de muerte del periodista por parte de esta organización. Para completar su encumbramiento como genio de la contracultura norteamericana Hunter escribió un artículo titulado Freak Power in the Rockies. En esta obra maestra del periodismo social subjetivo (cercano al Gonzo definitivo que encumbraria a Hunter) relataba su candidatura de 1970 para sheriff del condado de Pitkin, Colorado, como miembro del partido "Freak Power". Thompson perdió en una estrecha votación, habiendo prometido en su campaña: la despenalización del consumo de drogas (no así del narcotráfico, que desaprobaba completamente), destruir las calles y convertirlas en pastizales para que la gente camine, prohibir edificios tan altos que escondan el paisaje y la vista a las montañas y rebautizar Aspen, Colorado, como la "Ciudad Gorda". El rival republicano contra el que compitió lo instaba a rasurarse la cabeza y lo llamaba "mi oponente melenudo" lo que indica que no estaba tan distante del propio Thompson en lo que a catadura moral e ideas se refiere, y eso que se trataba de un político presuntamente profesional. El escaso margen de votos por el que fue superado el doctor periodismo es un certero dardo a la yugular de la democracia estadounidense, que fue narrado por capítulos ante sus asombrados lectores.

Miedo y Asco

Y entonces, entre 1972 y 1974, culmina su ascenso/descenso al periodismo Gonzo. Con el cinematográfica y colosal libro “Miedo y Asco en las Vegas” y el sensacional “Miedo y Asco en la campaña del 77” consigue dar la vuelta al mundo periodístico. En ambos trabajos un Thompson completamente desencajado por las drogas, el mismo afirma que "Lejos de mí la idea de recomendar al lector drogas, alcohol, violencia y demencia. Pero debo confesar que, sin todo esto, yo no sería nada", se embarca en misiones periodísticas, cubrir una carrera de motos, una convención de fiscales antidroga y una campaña electoral al senado como periodista agregado, desvelando que el único delirante no es el drogadicto, sino todo el mundo, aunque tan sólo el yonki reconoce ese delirio.

Pero Thompson, que se convierte en protagonista absoluto de sus obras, no es un desquiciado que cuenta sus episodios lisérgicos como anécdotas tremendas e impresionante. En el fondo late una profunda melancolía, capta el sentimiento y la verdad de todos los que le rodean y convirtiéndose en noticia da una nueva dimensión a todos los acontecimientos a los que se acerca sin que estos pierdan su realidad o veracidad, puesto que todos sabemos que la objetividad es una utopía completamente indeseable. En especial su búsqueda del sueño americano en todo lo que hace, y por lo que, cuestiones de forma aparte, tiene una genuina esperanza y un gran amor  que parece no cesar nunca.

Quizás esa búsqueda, deja patente que el sueño americano no existe. O peor, se ha convertido en una absurda parodia de la realidad, le llevó a pegarse un tiro en Aspen en el año 2005. Su muerte puede ser el Gonzo supremo, la definitiva expresión del Miedo y Asco. Más allá de su personalidad extravagante, había perdido un barril de pólvora en su sótano y se dedicaba a cazar animales y grabar sus estertores de muerte para ponerlos a todo volumen frente a la casa de Jack Nicholson arrojando los despojos a las ventanas del histriónico actor, más allá de su literatura brutalmente directa y adictiva, sacada de grabaciones en magnetófonos y notas a pie de página , queda un genio que puede ser considerado el padre, por influencia, copia o por abrir nuevos caminos, de muchos cronistas actuales, tanto en prensa, radio, televisión e incluso internet. El padre de periodistas que se convierten ellos mismos en la noticia alterando la realidad para hacerla más comprensible a los demás o al menos para transmitirlos su visión, la esencia del cronista. Hunter es un surfero de las corrientes lisérgicas del siglo XX que enlanzan con la realidad social que le rodea, una rata que recorre los oscuros sumideros de las tendencias y de la política para demostrar que todos, absolutamente todos, compartimos la misma y absurda condición humana.