¡Lleno, por favor!

Lukoil, empresa soviética ligada directamente con el gobierno ruso, quiere hacerse con el control de Repsol YPF, principal empresa española que gestiona el recurso del petróleo que todos consumimos en nuestro país. ¿El gobierno debe intervenir en la operación?

El tema es complejo y presenta no pocas trabas. La primera de ellas es la mezcla de capital que hay en una empresa y en otra porque, según parece, Lukoil tiene un carácter estrictamente privado pero está sujeta a unos estatutos que la hacen prácticamente una empresa pública rusa, puesto que en dichos estatutos se conviene, entre otras cosas, la presencia de miembros del Kremlin en sus principales órganos de gestión así como prestar ayuda al ejército ruso y a respetar los secretos del Estado ruso.

En Repsol YPF tampoco es tan sencillo porque los intereses responden a diversos frentes ya que se debe contar con la opinión (y las acciones) tanto de La Caixa como de Sacyr, las cuales al parecer, y con la Bolsa que está cayendo, ven con buenos ojos el dinero que la petrolera está dispuesta a poner encima de la mesa, mucho más del que a priori valen las acciones que tanto La Caixa como Sacyr tienen dentro de Repsol (casi el 30% del accionarado de Repsol).

Algunos aluden al hecho de que buena parte de la petrolera rusa esté en manos de capital americano (un 20% a través de la estadunidense ConocoPhillips) y eso 'tranquiliza' los aparentes movimientos estratégicos que desde Rusia se vienen haciendo con respecto al tan trascendental sector energético. Si la operación llegara a materializarse los rusos podrían controlar buena parte del petróleo que se obtiene, no sólo de Latinoamérica, sino también de África, lo que se traduciría en un mayor monopolio energético ejecutado desde un país tan peculiar como lo es el Estado ruso.

Mariano Rajoy y su Partido Particular ha advertido al presidente del Gobierno que si no 'interviene' en la operación se estará cometiendo un "escándalo mayúsculo" ya que hay que mantener la españolización de Repsol YPF cueste lo que cueste. Sin duda es el mundo al revés: un partido conservador pidiendo a un gobierno progresista la intervención estatal. Algo inédito.

Sin embargo al mismo Mariano Rajoy no le pareció en absoluto bien la decisión tomada hace dos años por el presidente de Bolivia, Evo Morales, cuando decidió nacionalizar sus propios recursos energéticos y mandó 'intervenir' sobre sus empresas en dicho sector. El líder de los populares tomó partida por el libre mercado y por el retroceso que suponía la medida de Evo Morales. Sin embargo ahora no pide, exige, al presidente que intervenga en la operación para evitar que Rusia 'meta mano' en el petróleo que nosotros consumimos. ¿Qué hubiera pasado si Zapatero hubiera decidido intervenir? Pues que el ambiguo Rajoy se hubiera referido al presidente del Gobierno en términos de marxista, masón y demás otros calificativos porque el Estado no debe practicar ningún tipo de política intervencionista ya que estaría actuando en contra del libre mercado. Eso fue lo que hizo cuando vino una OPA desde Alemania sobre Endesa (caso E.ON).

¿Qué pasará si Rusia se hace con el control de Repsol YPF? Solo los implicados en la materia lo saben porque hay más mierda de la que huele; lo cierto es que Rusia está desplegando una estrategia energética que puede resultar contundente y decisiva en el futuro inmediato ya que la economía de muchos países dependen directamente de sus políticas en torno al sector energético. Y España en ése sentido debe cuidarse mucho de arrimarse al mejor hombro.

¿Puede ser Rusia bueno para nuestros propios intereses? - Yo pienso que el gobierno debería intervenir y garantizar nuestros intereses y que, sólo si comprueba que la venta de Repsol se hace con las garantías plenas en pro de nuestros objetivos presentes y futuros, permita que Lukoil realice la compra de acciones correspondientes de La Caixa y Sacyr.

España es energéticamente dependiente comparado con otros muchos países y aquél que tiene la llave del gas o del petróleo es acreedor de mucho poder. Lo pudimos comprobar no hace mucho con un conflicto entre Ucrania y Rusia, donde los segundos cortaron el suministro de gas como medida de presión frente a los ucranianos. Ante tal situación poco o nada se puede hacer porque quien manda es el dueño del grifo.

Sí es cierto que en caso de que se consumara la compra, y habiendo dejado los cabos bien atados, el 20 % del capital estadounidense que hay dentro de Lukoil sería una especie de garantía. Los americanos tienen la capacidad económica, política y militar suficiente para 'apretar' a los rusos en caso de que éstos se excedieran en sus intenciones. Lo que sí es cierto es que España no puede ejercer ningún tipo de control ante una posible amenaza rusa, energéticamente hablando, puesto que no tenemos nada con lo que competir. Por tanto nuestro país siempre tendrá que decir, en ruso o en otra lengua: "lleno, por favor".