Consumidores o conejillos de indias

Una conocida marca de supermercados en España, proveniente de la zona de Levante, no está notando la crisis. Es más, sigue su política de marketing al pie de la letra y continúa colonizando barrios y pequeños comercios en nuestras ciudades. Y saben de qué forma presentarse para ganarse la confianza del consumidor. Por cierto, tirar comida en estos tiempos debería ser delito; pero claro, entonces, todos los directivos de supermercados de España estarían en la cárcel.

Un nuevo supermercado a la vista en una zona ya saturada de este tipo de establecimientos. Siempre hay sitio para un centro de consumo más. Y claro está, no van a dejar a la ligera el ganarse la confianza de los consumidores. En primer lugar, buscar la connivencia de una asociación de vecinos de la zona que corra la voz entre los habitantes y ceda interesadamente su local para las exposiciones de los responsables de este nuevo centro del consumismo.

Después, concertación de citas con los vecinos de la zona y distribución a lo largo de un montón de días y horarios. Una vez allí, amabilidad absoluta. "Si vais a venir después a consumir a nuestro centro tenemos que daros ahora lo mejor de nosotros mismos". Al inicio, una degustación de productos del supermercado en cuestión ya sea para el desayuno o la merienda.

Y ahora empieza el lavado de cerebro. Un video, una charla, un power point, todo es poco para explicar las maravillas del nuevo centro que va a abrir en la zona. Que si el proceso de producción, que si la excelente atención al cliente, que si el envasado de productos y su distribución, etc, etc. Y al final, un premio para las fieras amaestradas que se han acercado a escuchar el sermón comercial, un par de bolsas gratis con productos del supermercado en cuestión.

Como en un espectáculo de focas o delfines, después del show tiene que venir el premio para seguir deleitando a los espectadores. Lo más preocupante de esta charla fue el apartado de productos caducados. "Preferimos tirar comida para darles a nuestros clientes más tiempo de consumo". Creo que esta frase resume a la perfección la política de estas grandes superficies. No importa la satisfacción de necesidades básicas, sino el consumo.

Como puede un establecimiento tirar comida sin control con el único pretexto de la fecha de caducidad. De todos es sabido que la fecha de caducidad se establece, normalmente, con un amplio margen sobre la fecha real en la que un producto se estropea. Pues bien, no contentos con eso, retiran sus productos de los expositores con bastante antelación sobre la fecha de caducidad y se aseguran de que no llegue a ningún sitio más que a los vertederos municipales.

Tirar comida en estos tiempos debería ser delito. Pero sería impensable meter en la cárcel a los directivos de los grandes supermercados. Fomento del consumo por el consumo, estrategia para dirigir la conducta de los consumidores e insolidaridad por bandera desechando comida, son los rasgos que caracterizan a nuestras grandes superficies de hoy en día.