Rising Stars

Nuestro destino escrito en las estrellas.

Matthew Brigth, uno de los especiales

"Páginas del diario del poeta, así es como sucedió."

Así es como comenzaba el número uno de la serie de creación propia que le valió un buen reconocimiento al afamado autor, no solo de cómics, sino también de series de televisión Joe Michael Straczynski (JMS a partir de ahora). Desde su perspectiva en primera persona, casi en todo momento omnipresente y sabiendo concluída ya su historia, el poeta nos embarcaba en la mayor historia de súper héroes de los últimos tiempos, ¿o no?

Rising Stars comienza en Pederson, un pueblo normal como cualquier otro, con sus gentes tan normales que, de tanto serlo, llegan a rozar lo más mundano. Y en un pequeño pueblo como éste se da un singular caso al que, en un principio, no se le da mucha importancia por parte de la comunidad del pueblo, aunque sin duda marcará toda la historia del cómic. Lo llamamos "el fogonazo" , valga la simpleza de la situación, pues es simplemente eso, una bola de fuego en el cielo, que casualmente sucede nueve meses antes de que la natalidad del pueblo se dispare.

Los niños que nacen de este incidente, a primera vista, parecen normales. Crecen sanos, como cualquier otro grupo de niños, pero con el tiempo se verá que tienen habilidades que los hacen superiores a cualquier humano, adulto o no. Sin embargo, en vez de ser guardado en secreto como sucedería en la mayoría de historias que conocemos sobre este suceso, que se repite hasta la saciedad en los orígenes de muchos héroes o villanos de cómic, aquí todo sale a la luz.

Los Estados Unidos son movilizados pronto y los chicos son educados aparte. Deben aprender a controlar sus poderes, en principio para su propio bien, pues no todos nacen con grandes habilidades de gran importancia, pero a fin de cuentas, volar a día de hoy seguiría siendo un don maravilloso. Todos los especiales (así son llamados) son catalogados y estudiados por un mismo hombre, un científico que los quiere como si fuera su propio padre e intenta comprender como los que son tan solo unos niños tienen que afrontar el que sin duda será un futuro marcado por la diferencia.

La serie, que a modo de flashbacks nos va contando todo esto mientras desarrolla el argumento principal, arranca en realidad con la muerte de uno de ellos; un hombre completamente invulnerable. Es entonces cuando comienzan a surgir dudas, ¿Cómo ha muerto un hombre que no podía ser herido? ¿Cómo conocían su único punto débil? ¿Conocen las debilidades de los demás especiales?

Pero JMS no se queda explorando lo que podría ser el típico universo de héroes y villanos dándose de golpes. El autor sabe llevar las cosas al límite, no sin ser consecuente con cada uno de los actos de los personajes, sabiendo en todo momento que cada edificio caído o cada muerte, humana o especial, repercutirá en un mañana que, en principio, no se augura nada brillante.

Y es que nos encontramos ante una historia de cambio. El cambio que la humanidad puede dar o no, el cambio que las personas deben realizar para que el primer supuesto sea posible pues, como ya decíamos al principio, la historia es expuesta desde los ojos de todo un poeta, uno de los especiales sabedor de que ellos tienen la llave para dar un nuevo paso hacia el futuro de la humanidad.

Aunque la serie no goza de un nivel gráfico notable, a veces incluso debe decirse que mas bien deplorable, no cae por ello la historia. Artísticamente puede que no destaque, que no sea una historia tan llamativa como las de Marvel o DC, pero sin embargo Rising Stars goza de lo que muchas historias de las grandes editoriales carecen: sentido común. Joe Michael Straczynski no deja indiferente a nadie con esta historia, que mas que de héroes habla de personas normales que por avatares del destino tuvieron que convertirse en algo más que hombres, pero que nunca llegarán a considerarse héroes.

La serie consta de veinticinco números más un número #0, todos en el formato clásico de comic-book de 24 páginas.