Vieiras tóxicas, información contaminada

La evidencia de que ni en un restaurante con estrella Michelin se puede comer tranquilo provoca en Galicia una gran polémica sobre... una posible conspiranoia política!!! ¿Están locos estos gallegos?

Toñi Vicente, con las manos en la masa

A Toñi Vicente, una de las restauradoras más reputadas de España y, por descontado, la cocinera más conocida de Galicia, la pillan el sábado pasado comprándole a mariscadores furtivos unos cuantos kilos de vieiras tóxicas para servir en su restaurante. Vamos, lo normal. Que levante la mano quien no conoce a alguien que le ha contado que su primo sabe de muy buena tinta que el hermano del vecino de su novia trabajaba en tal restaurante y aconseja a todo el mundo que no coma esto o aquello porque es de dudosa procedencia o lleva varios lustros pasado de fecha. Desengañémonos: no sólo los restaurantes chinos sirven gato donde en la carta pone pollo, ni sólo las hamburguesas de cierta cadena de fast food están hechas de ojos de vaca.

La Voz de Galicia destapa el caso y titula “Detenida la cocinera Toñi Vicente por comprar vieiras contaminadas”, e inmediatamente se pone en marcha una maquinaria de defensa y proteccion de la restauradora comandada por los demás medios de comunicación gallegos, por intelectuales de medio pelo y por afamados bloggers. El slogan podría ser: “Si La Voz de Galicia criminaliza a Toñi Vicente, criminalicemos nosotros a La Voz de Galicia”.

Si las vieiras que esta señora iba a servir a sus comensales (si fue consciente o inconscientemente ya lo dirán los investigadores, pero por el momento conviene recordar que está en libertad con cargos) eran dañinas para el individuo es lo de menos. Lo que importa realmente es salvaguardar la inocencia de quien nos ha estado dando de comer, literalmente, todos estos años.

Porque Toñi Vicente, quien en su delirante curriculum da el mismo nivel de importancia a tener dos estrellas Michelin y haber formado parte del jurado de la Fiesta del Kiwi de Tomiño, ha nutrido de tal manera a toda la clase política gallega en los últimos 20 años que casi se podría considerar una funcionaria más de la Xunta de Galicia.

“¿Qué oscuros intereses se ocultan detrás del intento de hundir a Toñi Vicente desde las páginas de La Voz?” se pregunta el lobby proToñi.

“¿Y qué oscuros intereses se ocultan detrás de la defensa a ultranza de Toñi Vicente?” me preguntó yo. ¿Hay realmente un intento de humillar a Toñi o simplemente La Voz de Galicia ha colocado en su titular el nombre de la única persona conocida implicada en el caso?¿Es eso un delito?

Por el momento, el lobby proToñi, obviando que servir alimentos contaminados si es un delito contra la salud pública, organiza una comida en apoyo no de la vieira gallega, que es la verdadera gran perjudicada en todo este caso, sino de Toñi Vicente, y se van a su restaurante y se comen unas vieiras, y claro, la pobre Toñi aún encima, se siente en la obligación de invitarles, pero ellos, que son así, deciden dejar 35 euros por cabeza y Beiras, quien fuera antaño líder del BNG, aprovecha que la prensa está allí para soltar tres o cuatro barbaridades como que La Voz de Galicia quiere lapidar a Toñi Vicente con fines políticos.

¿Se le ha ido a Beiras la cabeza (más)? Podría ser, porque es posible que haya comido en el mismo Toñi Vicente unas vieiras que pueden producir fallos neuronales y pérdidas de memoria.

De hecho la pregunta que le ronda por la cabeza a todo gallego esta semana es: ¿Cuántas de las horrorosas decisiones políticas gallegas de estos últimos 10 años han sido influidas por la posible ingesta de vieira tóxica?

¿Tiene una vieira contaminada algo que ver en el empeño personal de Fraga en la construcción de la Ciudad de la Cultura?

¿Habla tan horriblemente mal Touriño porque le gustan demasiado las vieiras?

¿Había comido vieiras tóxicas Ánxela Bugallo, actual conselleira de Cultura y Deportes, el día que aseguró que David Cal era el atleta gallego más subvencionado por la Xunta?