Djokovic gana hasta con la mano (derecha) atada a la espalda

La victoria de Novak Djokovic ayer frente a Robredo fué tan agónica como épica. Nole empezó con molestias físicas a partir del tercer set. Molestias que se fueron agudizando según transcurría el partido hasta alargarse a la quinta manga. Claro que ganar a Djokovic ayer era tarea de titanes y aunque Robredo puso todo de su parte, la determinación del serbio resultó inconmensurable.

Djokovic con el fisio

El partido se alargó hasta rozar las cuatro horas y empezó con muy buenos augurios para Tommy, que se adjudicó el primer set. El segundo, sin embargo, se le puso de cara a Nole enseguida y ganó dos servicios al resto. En el tercero, a pesar de las molestias físicas cada vez más evidentes, también consiguió ganar la manga.

Djokovic, cada vez más mermado, supo reconducir el juego para desgastarse lo menos posible, acortando los puntos. Robredo consiguió romperle el servicio cuando el serbio sacaba para forzar la muerte súbita. Lo previsible es que Nole se hubiera venido abajo, pero el serbio es –como Federer o Nadal- de otra pasta.

Con determinación, atacando la bola con todas las fuerzas que le quedaban, rompió el servicio de Robredo, conservó el suyo y acabó ganando un partido que se le había puesto muy cuesta arriba. Robredo –que permaneció fresco durante todo el encuentro- parecía no creer que había perdido. Abandonó la pista con rapidez, mientras que Nole, desencajado, se golpeaba el pecho.

Robredo criticó el comportamiento de Djokovic y dio a entender que no se creía las dolencias del serbio, pero también admite que tuvo el partido en las manos y se le fue entre los dedos.

Habrá que ver cómo se recupera del desgaste sufrido, porque en cuartos tendrá enfrente nada menos que al Roddick, quien se deshizo por la vía rápida de Fernando González.

En la otra pista se medían Davydenko y una de las sorpresas del torneo, el luxemburgués Muller. Entres sus víctimas precedentes, Haas y Almagro. Ocupa el puesto 132 del ranking ATP, tiene 25 años y es una incógnita dónde demonios se había metido hasta ahora. Su mejor resultado en un grand slam fue hace tres años en Wimbledon, dónde alcanzó la tercera ronda. En el resto, desaparecía del cuadro en primera o segunda ronda como mucho.

Además parece beneficiarse de un pacto con la red. Davydenko –de la escuela fría rusa- acabó desesperado y perdiendo la muerte súbita del cuarto set cuando había tenido posibilidades de adjudicárselo. La anécdota del día fue el pelotazo involuntario –no se jugaba en ese momento- que le propinó Muller al ruso.

Muller aplicó su juego de saque (20 aces), saque y bolea con un alto porcentaje de aciertos y errores no forzados (45 por sólo 22 de Davydenko) Su próximo rival, sí, Federer.

Roger tuvo que emplearse a fondo para ganar a Andreev. Un partido que empezó muy igualado, con un set para cada jugador ganado en la muerte súbita para acabar en una quinta manga que ganó el suizo. Federer desempolvó su eficaz juego de saque y bolea para delicia del público y beneficio propio.

Sólo dos jugadores que no son cabeza de serie permanecen en competición. Los cruces de cuartos de final resultan de lo más interesante. Nadal tendrá un correoso rival en Mardy Fish, que ha avanzado en el torneo con más solvencia de la esperada. Su propio entorno reconoce que Rafa llega muy justito de fuerzas. Ha sido una temporada espectacular, pero de elevadísimo desgaste.

Es otro de los tenistas que basan su juego en el saque y le ha dado buenos resultados. Entre sus víctimas recientes, Gael Monfils, el ídolo de Nueva York, James Blake y Matthieu, todos ellos cabezas de serie.

Andy Murray se enfrenta con el argentino Juan Martín del Potro, la penúltima gran esperanza argentina. A punto de cumplir los 20 años y con casi dos metros de altura, Del Potro es un rival difícil de batir por su rapidez. Murray tiene a favor un juego muy eficaz y una mayor experiencia.