México se une para exigir pacíficamente el fin de la inseguridad y de la impunidad

México.- Los mexicanos desafiaron hoy al mal tiempo y al miedo y salieron a las calles para exigir de forma pacífica el fin de la violencia, la inseguridad y la impunidad que reina en el país. La manifestación se reprodujo en más de setenta ciudades del país, pero la capital, ciudad especialmente conocida por su alta peligrosidad, fue el centro del clamor por la paz. Hasta la lluvia dio una tregua a los marchistas de “Iluminemos México”, pues aunque cayó un aguacero justo antes y justo después, durante la manifestación, que comenzó a las 6 de la tarde hora mexicana y finalizó a las 8,30, no cayó una gota. La masa de personas, vestidas totalmente de blanco, llenó más de cinco kilómetros de la capital mexicana, desde el Ángel de la Independencia en el Paseo de la Reforma hasta el Zócalo capitalino, donde se calcula caben unas 150.000 personas. Aunque las instituciones oficiales no facilitaron cifras estimadas de participación, para mí, que estuve presente, pudo alcanzar el millón de asistentes.

Gentes de todas las clases sociales, ricos, famosos, pobres, indígenas, clase media, y de todas las edades, de bebés a ancianos, niños, e incluso perros vestidos de blanco, marcharon con tranquilidad y respeto, con gritos como “México, México”, o “Por la paz” que rompían ocasionalmente el silencio.
A lo largo del recorrido había buzones puestos expresamente para que la gente dejara sugerencias sobre como acabar con la inseguridad y la impunidad en México.
Hoy se palpó en la capital mexicana una unidad del pueblo que hacía casi dos años no se vivía, desde las polémicas elecciones de 2006 que dividieron a la sociedad. Sin embargo, los mexicanos hoy eran uno, hartos de vivir con miedo.
El presentador de televisión guatemalteco Héctor Sandarti, que hace siete años vivió un secuestro de casi 34 horas en carne propia, me lo explicaba muy bien durante la marcha: “de manera directa o indirecta todos los que habitamos en este país hemos pasado por una mala experiencia”.
“No es posible que un grupo que es minoría tenga secuestrado al país. Hay más luz que oscuridad en este país. Tenemos que encender estas velas de paz para que se vea que somos más los que queremos estar en paz”, agregó.
Sandarti recordó que el peligro de los secuestros ya afecta a cualquier sector social. “Antes eran casos aislados, pero ahora todos somos secuestrables en este país, te secuestran hasta por 5.000 pesos (unos 300 euros)”.
Uno de los organizadores de la marcha, Eduardo Carrillo, indicó que “lo importante es que hoy salgamos a manifestar lo que hasta ahora no hemos hecho, lo que por la impunidad y la corrupción no han denunciado, hoy vengan y reclamen, este es el momento”.
“Es un momento histórico, es el parte-aguas que va a cambiar este país a un México totalmente nuevo”, sostuvo.

Sobre las 8 de la noche el grueso de la manifestación alcanzó por fin el Zócalo, una de las plazas mayores más grandes del mundo, y comenzaron a encender las velas que llevaban en señal de paz.
El momento más emotivo fue cuando las campanas de la catedral metropolitana marcaron las 8:30 de la noche, pues todo el mundo alzó sus velas y entonaron el himno mexicano “mexicanos, al grito de guerra”….
Un emotivo aplauso dio por finalizada esta marcha, que no esta exigencia.
La gente está harta, harta de ser víctimas, harta de que las mujeres no puedan caminar solas por la calle de noche, harta del miedo a que cualquiera pueda ser el siguiente en desaparecer, harta de descolgar el teléfono para oír que sus hijos han sido secuestrados, harta de la corrupción de la policía y las autoridades, harta de que la excusa sea que “esto es México”.
Esto no es México, y hoy el pueblo lo ha dejado muy claro. Este es el momento preciso de que las cosas cambien en este país.