Son campeones, líderes en sus respectivos países y en muchos casos, auténticos dominadores en sus campeonatos hasta el punto de sostener la base del deporte rey entre sus paredes. Sin embargo, cuando se abren al continente, sus debilidades son enormes, suelen ser goleados y severamente castigados por la UEFA, que les condena sin pudor con un formato de competición que reduce al mínimo sus opciones de éxito. Por ello, cuando tras eternos sufrimientos y fases previas, logran lo inesperado y meten la cabeza entre los gigantes europeos, no queda otra que aplaudir hasta la saciedad y dar gracias a que dentro de este fútbol tan mecanizado, aún existe premio para la modestia.
La última fase previa a la Champions League ha dejado más sorpresas que nunca, sobre todo tras la autarquía dominante en las últimas ediciones. La perseverancia ha logrado entrar en escena y varios han sido los clubs que se han ganado un lugar en el sorteo de este jueves, lo que viene a demostrar, una vez más, que dentro del nivel medio del fútbol europeo existe una tremenda igualdad y que los teóricamente inferiores, han ganado en consistencia para reducir considerablemente la distancia. El resultado será, desde luego, una Champions mucho más cosmopolita de lo habitual y, sin olvidarnos, una UEFA de gran nivel porque los que se quedaron en el camino tendrán allí una segunda oportunidad.
Quizás la mayor de las sorpresas de la noche europea la generó el Anorthosis chipriota que, en un cruce de máxima rivalidad ante el temible Olympiacos, demostró una entereza desconocida hasta ahora y aguantó (perdió 1-0) el resultado de la Ida (3-0). El campeón griego, con Ernesto Valverde en estado de shock (desde 1997 no se quedaban fuera), no fue capaz de romper el buen trabajo de los hombres del georgiano Temuri Ketsbaia (aquel mediapunta calvo que jugó en el Newcastle en los 90).
Puede parecer una utopía pero cierto es que el campeón del islote mediterráneo (uno de los, que suma trece campeonatos y diez copas, se había tomado muy en serio su asalto europeo, como demostró en la fase anterior, cuando eliminó al Rapid de Viena. Para este mito, ya que es la primera vez que un equipo chipriota entra en la fase final de la Champions, los de Larnaca ficharon al veterano central griego Dellas y al trotamundos Savio. El brasileño, que estaba jugando en el equipo de su barriada, el modestísimo Desportiva Capixaba, ha pasado de las categorías más bajas de su país, a la Champions. Se les unen algunos conocidos como Paulo Costa, el francés Bardon, el goleador Sosin o, desde luego, el héroe de la noche ateniense, su portero albanés Beqaj.
Otro epicentro se situó en el arcaico Horodskiy Stadium de Borisov, que celebró con un lleno hasta la bandera que no superaba los 6.000 espectadores, la primera participación de un equipo bielorruso en la Champions League (ya era un record haber sido el pionero nacional en acceder a esta tercera fase previa). Cierto es que el cruce del Bate Borisov ante el Levski de Sofía fortaleció sus opciones pero tras igualar (1-1) en suelo búlgaro, las expectativas crecieron y el sueño, con expulsiones y sudores jamás contados, se concretó.
El campeón bielorruso, que ya se ganó el respeto de muchos cuando eliminó al Anderlecht en la ronda anterior, es un modesto donde los haya pues apenas tiene 25 años de vida. Ha ganado cuatro campeonatos y su mayor éxito fue el doblete de 2006. Sin embargo, tras dejarse notar por la Copa de la UEFA, su salto ha sido definitivo e inesperado, ya que el bloque de Goncharenko es un colectivo sin estrellas, con varios internacionales bielorrusos como Radkov, Bliznyuk o el joven Mirchev como los más queridos y sin apenas recursos financieros. Un auténtico milagro que ha necesitado algo más que trabajo para asomarse a la élite.
Algo más previsible por la eliminatoria pero no así por su presencia continental, es la clasificación del Aalborg danés, que a pesar de sus 123 años de vida, sólo cuenta con tres SAS danesas en su haber. El campeón escandinavo, que ya participó en la fase final en 1996, se convierte en el primer equipo de su país en lograr esa meta en dos ocasiones. Su técnico, David Bruce, un inglés curtido en mil batallas en las islas antes de recalar en Jutlandia, acaba de recalar en el equipo y aunque el estilo directo y físico será difícilmente alterable, ya ha logrado el mayor de los éxitos posibles tras eliminar al también heroico Kaunas.
Dos goles de Risgård sentenciaron la eliminatoria (0-2) de un equipo que sólo ha ganado uno de sus cinco primeros partidos del campeonato danés. La nota creativa y diferente la pone el brasileño Caca, la experiencia Beauchamp, Bogelund o Johansson y el futuro el joven delantero Schwartz o el llegador Enevoldsen. El fútbol escandinavo merecía un representante.
Más allá del Steaua (que dejó al Galatasaray) y el Dinamo Kiev (que goleó con facilidad al Spartak), a nivel personal destacaría la clasificación del Basilea suizo, que en un choque de ligas de segunda fila ante el Vitoria de Guimaraes luso, acabó llevándose una victoria justa en un gran partido que, pese a todo, dejó polémica con un gol legal a los visitantes en la recta final. Ya en la Ida el empate sin goles prometía igualdad y sólo el prometedor (y debilidad) Derdiyok, fue capaz de romperla. La juventud helvética también tendrán su momento de gloria.
Así pues, la Champions 2009 dejará un nuevo campeón, nuevos protagonistas y un sin fin de euros que, por primera vez en muchos años, estarán mejor repartidos que nunca entre las clases bajas.
Por José David López (Editor Diarios de Futbol)
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