Frigiliana, algo más que una 'cara bonita'

El malagueño pueblo de Frigiliana celebra la tercera edición de su Festival de las 3 Culturas. Un festival que no tiene nada que envidiar a otras propuestas culturales del verano.

Rincón de la localidad de Frigiliana.

Frigiliana es un pueblo de curioso nombre y preciosa estampa. Premio nacional de embellecimiento, es decir, considerado el pueblo más bonito de España en el año 1982, Frigiliana está situado en la parte oriental de la provincia de Málaga. Es un pueblo pequeño, de unos 2.800 habitantes, rodeado por las montañas de la sierra de Almijara y con bonitas vistas al mar Mediterráneo.

La principal fuente de ingresos del pueblo es, como os podéis imaginar, el turismo. Miles de visitantes se acercan a pasear por sus empedradas, estrechas y blancas calles. Pero, ¿cómo destacar en un mercado, el de la oferta turística, bastante saturado? Frigiliana se sabe bonita, pero hoy en día no basta solo con eso. Así que ha ido un paso más allá y ha apostado por ofrecer actividades culturales que atraigan a los visitantes.

Una de las propuestas más atractivas tiene lugar durante el mes de agosto. Desde hace tres años y con gran éxito de respuesta, se celebra el Festival de las 3 Culturas, un acontecimiento que llena el pueblo de actividades árabes, judías y cristianas, aprovechando que en esta localidad convivieron, felizmente, estas tres religiones. Durante el festival se organiza un mercadillo ambientado y amenizado con teatro en la calle, se monta una haima, se ofrecen conciertos, talleres, un ciclo de cine, conferencias, exposiciones, jornadas gastronómicas Un sinfín de actividades, para todos los gustos, que llenan el pueblo de espectáculo y de gente.

En la edición de este año, los próximos días 28, 29, 30 y 31 de agosto, las noches se verán amenizadas por los conciertos de Concha Buika, Eliseo Parra, Dhoad Gitanos del Rajasthán y Klezmática, artistas representativos de las tres culturas a las que se dedica el festival. El cine quiere mostrar, con películas como Samia, Wesh, wesh, quest-ce qui se passe?, La Petite Jerusalem y La Trahison, la integración, más o menos dificultosa, de personas de diferentes orígenes. Las exposiciones de pintura, cerámica, fotografía y las conferencias, una de ellas impartida por el mismo Eliseo Parra, giran alrededor de la historia y la mezcla de estas tres religiones. Y como la comida también es cultura, se pueden degustar menús moriscos, judíos y cristianos, además de una ruta de la tapa que nos llevará a pasear por las calles del municipio en busca de las propuestas culinarias de los diferentes establecimientos. En definitiva, actividades para todos los gustos, para enriquecer a vecinos y visitantes con el conocimiento y acercamiento a otras culturas.

Frigiliana es un pueblo que ha apostado por un turismo que combina el atractivo de su belleza con lo interesante de sus actividades. Y la apuesta que ha realizado es admirable, no sólo porque se trata de una villa pequeña que es capaz de atraer a miles de visitantes. No sólo porque se arriesga a organizar un festival con un volumen y calidad de actividades que ya querrían municipios más grandes. Sino también y sobretodo, porque ha apostado por algo más que un turismo típico, ha apostado por la cultura. Y hoy en día, eso sí que es admirable.