Viva Virginia

Cuatro razones de peso por las que la Niña Azul debe ganar OT 2008.

Virginia otea el horizonte. ILUSTRACIÓN: ELPABLO

Sí, amigos lectores: voy a hablar de OT. Dejen a un lado los prejuicios y sus discos de Tom Waits y confíen en mí. Tranquilos, que no les pido que corran en masa a comprar la entrada para el último show de Bustamante. Les cuento. El programa más out of bounds de Telecinco me mantiene en vilo semana tras semana, y la culpa de ello la tiene una chica sevillana de sonrisa inquietante y mirada oceánica: Virginia, la Niña Azul.
Y es que entre actuaciones sudorosas, los improperios de Risto Mejide y rifirafes entre los aspirantes a convertirse en los politonos más descargados, la presencia de esta diplomada en educación musical de 25 años, natural de Mairena del Aljarafe, es un rayo de luz entre tanta oscuridad corporativa con el sello de Gestmusic. Si nadie daba un duro por ella en el comienzo de esta edición del concurso, la sevillana se ha convertido en favorita de una legión de espectadores y en la candidata mejor situada a alzarse finalmente con la victoria final. ¿Por qué? Tras un concienzudo análisis, he establecido cuatro razones por las que Virginia puede convertirse en la próxima Rosa de España. O en la próxima Beth, vaya usted a saber. Empecemos, pues:

1. Porque tiene buen gusto. Carlos Baute, Bisbal, Bustamante, Luis Miguel, Shakira… no, no es la lista de reserva de un restaurante sushi-fusion de Miami, son los intérpretes favoritos de los concursantes de OT. Que Virginia se jugara su expulsión o continuidad en el programa con una versión de "Creep", es tenerlos bien puestos. Bien por ella.

2. Porque está sola contra el mundo. Si exceptuamos el apoyo incondicional de Risto Mejide, nuestro Frédéric Beigbeder nacional y el único integrante del programa con un mínimo de sentido del humor, nuestra heroína recibe palos todas las semanas por parte de sus compañeros, los editores del programa, el jurado y hasta el presentador. Menos mal que sus fans, ante tales afrentas, reaccionan airados y le muestran su cariño con miles de sms (1’39 € IVA incluido).

3. Porque es rara. Y destaca entre todos sus compañeros tanto como Rosie O’Donnell en un el certamen de Miss Universo. Su mirada jeroglífica y una expresión permanente de no saber nunca muy bien qué demonios hace allí provocan la empatía inmediata con un público que es bastante más inteligente de lo que los directivos de la misma cadena creen.

Y 4. Porque tiene los ojos azules más espectaculares que se han visto por la tele. Y qué quieren que les diga, un servidor se queda con esta última. ¡Viva Virginia!