Arroyas: "Me niego a firmar la defunción del periodismo"

El profesor Enrique Arroyas ha defendido hoy una tesis doctoral en la UCAM sobre el periodista como mediador y moderador en el entorno mediático que promueve Internet.

La tesis doctoral niega la "muerte" del periodismo por la comunicación participativa (Foto: Laffy4k -Flickr- )

A partir de una pregunta general, ¿qué tipo de debate puede promover el periodista con el auge de las nuevas tecnologías y la cultura de la posmodernidad?, el trabajo intenta ubicar al profesional de la información dentro de un entorno caracterizado por el aumento de fuentes, el auge de la conversación en la Red y un público cada vez más crítico y participativo. Un panorama que el autor ya había esbozado en breves textos anteriores, como "Los blogs: perspectivas individuales en el espacio público".

Parece evidente que el nuevo paradigma posmoderno promueve la velocidad frente a la reflexión, la forma frente al fondo y las conversaciones efímeras e interconectadas frente a los monólogos imperecederos. En este contexto, es inevitable redefinir el papel del periodista en el espacio público tal y como ha apuntado Arroyas, como mediador y promotor de foros de debate.

El trabajo del periodista enmarca este rol dentro de un amplio contexto teórico de antecedentes, acudiendo a figuras históricas del periodismo como Walter Lippmann o Kapuscinski, para recordar que ese papel mediador no es novedoso, y que por tanto el auge de las nuevas tecnologías no ha provocado nada nuevo en ese sentido.

Como ha señalado el autor en una de las conclusiones de su tesis doctoral y en contra de lo que apuntan algunos agoreros, "me niego a firmar el acta de defunción del periodismo". Es más, con este auge tecnológico donde todos publican, se ha revitalizado un rol periodístico: el de mediador, filtro, garante de fuentes y moderador de foros de debate, que con Internet y la cultura de la posmodernidad tiene más sentido que nunca.

En la web byM (blogsyMedios) reseñan esta tesis y se apuntan a esta última visión para destacar que nunca, con tantos emisores, el periodismo se ha necesitado tanto como ahora. A la vez, nunca ha estado tan vigilado y ha sufrido tanto las consecuencias. Por eso también es cierto que para adaptarse a esta necesidad posiblemente se vea obligado a un sobre esfuerzo al que no esté acostumbrado.