Corría el verano de 1988 cuando José Luis Núñez, por entonces presidente del Barça, apostó por un joven holandés para dirigir el timón de un equipo que navegaba a la deriva, institucional y deportivamente. Nadie pensó que en ese preciso momento la historia del club cambiaría para siempre. Ni los más optimistas creyeron que la revolución futbolística que patentó Cruyff tendría tanto éxito, incluso veinte años después. ¡Felicidades Johan!
Aún rechinan las paredes del Hotel Hesperia de Madrid, donde en 1988 se encerraron los jugadores del Barça para pedir el cese de José Luis Núñez. Como los buenos marineros en situaciones extremas, el ex presidente blaugrana giró el timón de su barco bruscamente y, en lugar de abandonar el cargo, decidió cargarse a Luis Aragonés para fichar a un joven y espigado holandés para el banquillo. El elegido se llamaba Cruyff que, como jugador, sólo había ganado tres veces el Balón de Oro (1971, 73 y 74).
Johan, que ya había sido todo un ídolo como futbolista, prescindió de media plantilla nada más llegar y apostó por los fichajes de Bakero y Begiristain. Además, se trajo de Holanda varios cartones de cigarrillos y un cincel bien afilado para labrar su filosofía en la pizarra del Barça. Su idea consistía en la importancia de un pivote con velocidad mental y exquisito toque de balón. Él sería el epicentro del juego, pero estaría rodeado por un grupo de 'peloteros' capaces de tratar el cuero cual doberman mima a sus cachorros. La semilla la plantó con Milla, luego brotaron Guardiola, De la Peña, Xavi, Cesc, Arteta, Iniesta y compañía.
La idea se horneó en La Masía. El pastel se recogió en Wembley con la primera Copa de Europa. Mientras que a unos entrenadores; como Toshack, Ranieri, Benítez, Capello o el propio Mourinho; siempre les ha valido con ganar de cualquier manera, Johan sólo se contentaba cuando el equipo lo hacía jugando bien. Sólo cuando el grupo era fiel a su idea, su juego y su estilo, donde el número '4' venía siendo lo que para Platón supuso en el siglo I antes de Cristo la Teoría de las Ideas: el pivote que hace girar todo.
Así se gestó el 'Dream Team', así nació Guardiola, así se revolucionó el fútbol. Un cambio que ha dejado un amplio legado en nuestros días. El Barça de Rijkaard heredó las constantes vitales de ese equipo y con Guardiola todo indica que será lo mismo, la España de Luis ganó la Eurocopa haciendo un tributo al toque y el propio Zenit demostró su gusto exquisito por el balón. Afortunadamente, todos se han encargado de lavar las afrentas del Oporto y Grecia (campeones de Europa en 2004) y enterrar la idea maquiavélica de que 'el fin justifica los medios'. Por fin triunfó el fútbol, ése que se iniciaba con Koeman desde atrás, pasaba por Guardiola, recorría el campo con los extremos (Stoichkov y Goicoetxea) y lo finiquitaba Romario. El entrenador de ese equipo era un tal Johan Cruyff, que ahora celebra el vigésimo aniversario de una filosofía que aún perdura. ¡Felicidades y gracias por todo maestro!
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