Vivir tras la "Euroforia". El síndrome del "Panem et circensis"

Y llegó el día después. El domingo, todos celebrábamos el éxito de la roja, el triunfo de todos, después de décadas soñando ganar algún torneo. La Eurocopa ya está aquí, nos lo merecíamos, y al menos, cuando pensemos en lo que sube el euríbor, nos quedará el consuelo de pensar: "sí, pero qué bien lo pasamos y cómo disfrutamos viendo a España".

A partir de ahora llega una época de vacas flacas. Habrá que apretarse un poco el cinturón

El fútbol cuelga las botas hasta la próximas temporada, y hasta septiembre "sólo" tendremos el consuelo de los Juegos Olímpicos de Pekín. El "panem et circensis" ha llegado a su fin. Al menos en lo que toca al "circo" del campeonato de Europa. Y quién sabe si también del pan nuestro de cada día.  Tras la euforia, llega la reentré de la Eurocopa: la preocupación por la economía.

El Euribor, por encima del 5% convierte a  las hipotecas en artículo de lujo; la inflación  alcanza el 5,1%, casi prohibido comprar, se reduce el consumo y  las economías familiares por los suelos; el precio de la gasolina para qué contar. La principal preocupación de los españoles, según la encuesta del CIS, es el paro que alcanza ya el 11% por  la construcción. Y la bolsa perdiendo un 20 por ciento de su valor en lo que va de año. Pensar en irse de vacaciones este año es vivir en las musarañas.

Da igual que se llame crisis, desaceleración, frenazo... Lo cierto es que España  sobre todo, los españoles, tenemos dificultades. Según el Banco de España,en el primer trimestre de 2008,la economía española creció sólo un 0,4%, la mitad que en el trimestre anterior. En términos anuales, la economía española creció sólo un 1,6%. Los datos sobre afiliación a la Seguridad Social refrendan la subida del desempleo: en marzo, la afiliación registró sus peores datos desde la crisis económica de 1992-94. Según Eurostat,España es el país con mayor subida del paro de toda la Unión Europea. Hay ya más de medio millón de hogares en los que no trabaja ninguno de sus miembros.

No podemos ni debemos tampoco caer en el alarmismo. Los datos son los que son, pero se pueden arreglar. Lo único cierto es que la situación es difícil, y ahora probablemente lleguen tiempos de vacas flacas.

La cruda realidad nos arroja un panorama económico nada halagüeño. Tras el efecto analgésico del triunfo de los chicos de Luis, la depresión post-campeonato puede ser enorme. Así que habrá que irse preparando para lo que pueda llegar después del verano. ¿Apretarse el cinturón? Eso si nos queda pantalón que ponernos.