Y el futbol dijo si

En este deporte en ocasiones el balón rueda a su antojo y a veces se mete en la portería que no es, por eso, lo mejor es hacerse amigo de él y mimarlo desde el primer día, enseñarle al balón quien es el dueño a base de tocarlo mucho y bien tantas veces como sea necesario, y si eres capaz de hacerlo, si eres capaz de de ser verdaderamente el dueño desde el principio hasta el final, entonces algún día el futbol te dará la razón.

Y así fue…

Fue un domingo 29 de Junio. Aquel día estaba marcado desde hacía varios meses en el calendario de 23 futbolistas ambiciosos empeñados en demostrar a Europa que el futbol de toque, de ingenio y de velocidad podía vencer al futbol de fuerza, de estrategia y de orden que tradicionalmente mandaba en Europa

España llego a la Eurocopa con un estilo propio, un estilo que probablemente perdurará por muchos años y que los pequeños de nuestro país imitarán en los patios de colegio.

Austria y Suiza han sido el bucólico escenario del acontecimiento deportivo más seguido en la historia de España, y Viena, el epicentro del terremoto de pasión y júbilo que nos ha tenido atrapados desde que el día 22 los nuestros rompieran el maleficio fatídico que cada 2 años nos aguaba el verano.

Tras una primera fase resuelta con solvencia, después de derrotar a Italia en cuartos desde el punto de penalti , Rusia nos citaba en un día de tormenta que terminó con un auténtico baño . Ese Jueves 26 los nuestros conquistaron una puesto en la final y un lugar en el corazoncito de los amantes del futbol de nuestra generación. Europa ya hablaba del mejor futbol que una selección había exhibido en décadas.

Tres días después, un domingo 29 de Junio, la tercera oleada de la Marea Roja invadía de nuevo la ciudad del waltz a ritmo de paso doble. Los 15.000 privilegiados encargados de arropar a los nuestros aterrizaban donde podían para desde Belgrado, Bratislava o Budapest remontar el Danubio en busca del resto de compañeros de viaje.

La Ring Strasse de la elegante capital austriaca a medida que avanzaba la mañana se iba vistiendo de un rojo de intenso color esperanza, pero con la tarde iban llegando los nervios del principiante al jugador numero 12. Solo los mayores 24 años habían vivido una final y solo los mayores de 44 años la habían ganado, y allí estaban todos jóvenes y “expertos” compartiendo vagón y cánticos en la línea U2 del metro camino al estadio.

Mayores y niños vestidos de rojo y envueltos en banderas iban tomando posesión de la grada sur del antiguo Prater Stadium, 52.000 butacas,15.000 españoles arriba y 23 abajo. En el centro del campo una copa que España no veía tan cerca desde aquel gol de Marcelino en blanco y negro que muchos vieron en a través del escaparate de una tienda de televisores.

Ahora la posibilidad de ser campeones de Europa , 44 años después, estaba al alcance de 23 chavales que iban a intentar defender un estilo propio en el escenario más difícil que un futbolista encuentra en su carrera.

Y así fue. Durante los 90 minutos de partido España fue fiel a su estilo, nunca se escondió, se defendió atacando y controlando el balón. Fue dura cuando fue necesario y brillante y efectiva cuando hizo falta. Toque a toque desquiciaron al gigante alemán. Fue un solo gol de Torres el que nos dió la gloria, pero pudieron ser 2 o 3 si el cabezazo de Sergio Ramos iba un metro más a la derecha o si Sena hubiera alcanzado aquel balón de éxtasis que Güiza le puso de cabeza en el minuto 80.

España había sido superior de incio a fin y en el minuto 90 el futbol no tuvo más remedio de decir SI., por fin el Futbol nos dijo que SI , que éramos los nuevos campeones de Europa , que nuestra apuesta por defender nuestro estilo había triunfado y nos dijo que SI , que la España futbolística de nuestra generación va a tener desde ahora un sitio entre los grandes de este deporte.

Que sea por mucho tiempo y que ustedes lo vean muchas veces.

Juan José Ramírez