NADIE SE LO CREÍA

                        Y ahora ahí está, sin palabras, sin comentarios...

                     Esto supone para muchos tener que callar la boca después de todo lo que radiaron. No soy seguidor de los programas deportivos porque me aburren de repetir el mismísimo tema de manera constante y hasta con terquedad. Al principio me supuso una buena pastilla para dormir y después dormía tan pancho sin escucharles ya que me resultaba insuperable. Para muchos ha supuesto un handicap tan grande que se han tenido que volver pues no tenían ni billete ni reserva por más tiempo. ¡Bien por los entendidos! ¿Que iban a contar en casa como dicen ellos a la parienta. La parienta según su argot no les iba a pasar unos días más, la pobre debe estar hasta hasta el gorro.

                    Tampoco se lo cre nadie  el tema tan traído y tan llevado de la situación económica que nos rodea. Los montoros, que no montoneros, repiten  ser la peor situación de la historia española. O no estudiaron historia o les falta memoria o no vivieron en otras épocas. El inyectar en la ciudadanía un caracter  de derrotismo de desastre de caos puede llevar a algunos hasta el suicidio lo cual conlleva alta responsabilidad. No , no es un momento boyante pero estamos en las cotas más altas de nuestro nivel adquirido. España tampoco había llegado tan lejos aunque en tiempos de Iríbar se ganase una copa de Europa nada menos a la Rusia de Kruschef la que nos debía el oro gastado durante la guerra en armamento, entre los dos bandos.

                   Que podía ser mejor, nadie lo duda. Que hay demanda de petróleo, no creo que la población mundial ni la emergente hayan crecido de repente. Ha bajado mucho la bolsa y los especuladores hacen su verano. Hojalá les salga mal las cuentas. ¿Como es que se paga mas de 1200 euros por ver la final? Eso es que no hay dinero, que deben ser montoneros, camisas rojas en suma, esa chusma que anda exaltada en la ciudad delos Valses. Si estos vuelven con la copa, todavía estamos a tiempo de creernos mejores de lo que somos.