Gente Diferente: Valeria, la enfermera que baila danza oriental

Con este artículo comenzamos una serie sobre personas especiales, inquietas y diferentes, que además de su trabajo han conseguido convertir una afición en algo más. Algunas lo han hecho por que les gustaba, otros por casualidad, pero esa afición incluso se ha convertido en muchos casos no sólo en un placer del que seguir disfrutando, si no que también es hoy día una nueva vía de ingresos. Testimonios para animarnos a cultivar las nuestras, casos reales, para tomar nota y no dejar aparcadas las cosas que más nos gustan, y en definitiva, gente con ilusión, llenarán este espacio de Gente Diferente, que empieza hoy con Valeria.

Valeria, vestida para bailar y posando con una serpiente "de verdad".

Valeria es una mujer inquieta, con múltiples aficiones. Desde siempre le ha atraído el mundo oriental, su música y la danza, pero hasta hace dos años, no decidió probar con el baile.
Se apuntó con una amiga a un curso de fin de semana intensivo y quedó completamente enganchada. También hay que decir que el profesor del curso se sorprendió por las capacidades de Valeria para el baile. Depurando y añadiendo técnica, el profesor le auguró un gran futuro.
Y desde luego no se equivocó: Valeria siguió en cursos y practicando, y un día una amiga la llamó: Estaban montando un grupo de baile y necesitaban a una cuarta bailarina para el cuadro. Ella no dudó un segundo y desde entonces ha participado con su grupo en congresos, festivales, conciertos y hasta bodas.
El grupo lleva más de 30 actuaciones en sus caderas, no paran de cosechar éxitos y de recibir llamadas para nuevos proyectos. Además, lo han pasado en grande y tienen multitud de anécdotas, como un día que las contrataron para participar en un evento de heavies y allí estaban ellas, rodeadas de melenas y camisetas negras, bailando con sus velos y tules.
Valeria ya se atreve hasta con serpientes, haciendo equilibrios con candelabros encendidos y hasta con espadas en la frente.
En este tiempo, también ha ganado un concurso:
“Era el primer concurso de danza oriental amateur en Sevilla y lo organizaba Portal Oriental (un sitio donde se pueden comprar todo tipo de artículos relacionados con la danza oriental). Mis amigas de clase me convencieron para apuntarme (yo me sentía bastante insegura). Incluso me regalaron un traje de baile, que yo no tenía. Cuando escribí al concurso, me dijeron que ya tenían el cupo completo y que no podía ser. El mismo día del concurso, a las 19:30 fallaron 3 niñas y me llamaron por si quería bailar. Estaba en casa de mi amiga, y el concurso empezaba a las 20:30. Ya no me daba tiempo de ir a casa, así que mi amiga me dejó un vestido suyo. Ensayé la canción mientras esperaba mi turno. La verdad es que cuando estuve en el escenario me relajé y disfruté mucho bailando.”
Valeria compitió con bailarinas expertas de todo el mundo: Profesoras de danza del vientre y aficionadas con muchos años de práctica. Ganó el primer premio, un vestido completo de danza oriental y un velo.

Dice que el baile le ha aportado muchas cosas, entre otras, una nueva vía de expresión, una forma de hacer cosas distintas y sentirte viva. Además, desde que comenzaron las actuaciones, llegaron los ingresos. Pero para Valeria esto no es lo más importante.
Reconoce que el haberse convertido en un trabajo remunerado, le ha añadido compromiso y le ha quitado cierto grado de diversión, al ser una obligación ahora. Pero aún así, sigue disfrutando de ello.
Los ingresos que recibe los invierte completamente en la danza: Renovar el vestuario de bailarina y seguir aprendiendo los costea con ellos.

De mayor te gustaría ser…
“¿feliz? Bueno, concretaré un poco más. Me gustaría tener la suerte de encontrar cosas, como esta que he encontrado, que me sigan haciendo feliz y me abran nuevas posibilidades. No soy tan valiente como para lanzarme a la piscina y abandonar la seguridad que ahora tengo por un sueño, pero me gustaría que mi vida no dejara de estar relacionada con el baile”.

Valeria es el nombre artístico de esta enfermera. Tiene 30 años y lleva dos años practicando la danza oriental.