Manolo el del bombo: embajador de la afición española

Él es el auténtico jugador número 12 de nuestra Selección, así lo acredita su camiseta. Conocido en todos los lugares donde acude España, lleva años sin perderse un encuentro de los nuestros. Él y su bombo no faltan a ninguna cita. Si no está Manolo el del bombo, no está la Selección Española de Fútbol

El bombo de España (EFE)

Su nombre es Manuel Cáceres Artesero, conocido de la afición española como Manolo "el del bombo". Cerca ya de los 60 años nació en Manzanares (Ciudad Real) y actualmente regenta un bar en Valencia, pegado al Estadio de Mestalla, donde se puede ver cualquier partido de fútbol con unas papas bravas y algo de beber. Si el partido está soso, coge el bombo y pone al más reacio en pie. Ese bar lo tiene exclusivamente para costearse los viajes con la Selección. Todo un personaje de la historia de nuestro país que ama, quiere y defiende los colores de su equipo y de su país con uñas y dientes, con un bombo por arma.

Como no podía ser de otra manera, ha acudido puntual a la cita de la Eurocopa. Allí, junto a miles de españoles, está llevando en bolandas a nuestros jugadores. No puede estar más de un minuto quieto. Con su camiseta y su tambor, recorre las gradas para poner en pie a todos los aficionados para que empujen a los de Luís Aragonés. Es un hombre de fútbol: lo siente y lo vive.

Según cuenta en su libro, "Manolo a todo bombo" en el Mundial 82 llegó a hacer 16.000 kilómetros en autostop. Un personaje, dicho con todo el cariño, que es saludado por SM el rey, por el Presidente del Gobierno... por jugadores, árbitros... porque es la viva imagen de una Selección y de una afición volcada con sus jugadores. Su papel no consiste únicamente en cantar "que viva España" sino es mucho más complejo. Manolo hace de esto una profesión por la que no ve un duro (le cuesta encima) pero ejerce de animador con toda su alma porque ama el deporte y porque el fútbol y España son su devoción. Es la imagen de la afición española.

Cuando él viaja a otros países, tal y como está ocurriendo en Austria y Suiza, los aficionados de otros países quieren fotografiarse con él porque es un monumento español del que todos tendríamos que presumir. Los toros de Osborne, la paella, las sevillanas... y Manolo el del Bombo son insignias que se asocian a nuestro país, y este jugador número 12 levanta no solo a la afición española sino también el cariño de todos. Su imagen es todo un clásico dentro de nuestro fútbol.

Presume de su verdadero oficio: camarero, aludiendo a que no hay nada más bonito que servir a los demás. Y en su propia biografía contesta a los que le han dicho mil veces que debería estar en un psiquiátrico, diciendo que no le importaría ir a uno o a cien, para animar con su bombo a todo el personal. Sin duda, estamos ante un genio y figura que, quienes le conocen, dicen que es "un trozo de pan".

Manolo tiene pase para entrar a sus anchas al Hotel de concentración de la Selección española, pero dice que como le sabe mal que él sí pueda y el resto de la afición no, se queda fuera. Está Innsbruk junto a 8 personas más, y entre todos forman la jarana española dentro de los estadios para animar a España. Ahora cuenta con algún guiño de la Federación y con el patrocinio de Cruzcampo, pero cuando él empezó con la Selección nadie le hacía caso. Dicho esto, entonces y ahora costea sus viajes y sus desplazamientos a costa de su bar en Valencia. no le importa perder dinero porque su causa lo merece.

Su bombo y su chapela llevan 7 Mundiales y 5 Eurocopas, y esta vez está cerca de levantar un título y celebrarlo por todo lo alto. Después de tantos kilómetros, después de tantos cayos en sus manos, Manolo el del Bombo se puede proclamar campeón de Europa. Sin duda, se merece volver con los jugadores y celebrar con ellos un título que también es suyo.

Manolo, eres único.

Carlos F.