Con un Casillas sublime en los penaltis España eliminó a Italia y está en semifinales. La suerte, la justicia y la alegría, por una bendita vez, se aliaron con los nuestros. El equipo de Aragonés fue superior durante todo el encuentro.
España a semis. Todos buscan a Casillas, el héroe
Algún día se iba a dar. Y no sería sin sufrimiento. Menos enfrentando a Italia, que aunque vista de punta en blanco, lejos está de ser un equipo lujoso y menos aún con Pirlo, su más fino intérprete, en las gradas. Pero sí son correosos, sí tienen experiencia y ese dichoso ¨saber competir¨.
Algún día se iba a dar y se merecía Iker Casillas ¨Grande de España¨ ser el héroe de esta noche austríaca en la que al fin rompimos el maleficio de cuartos. Y fue además todo el equipo, que mostró ambición y un estilo definido ante la campeona del mundo para plantarse en semifinales.
Denominación de origen
España apostó de entrada por su juego más característico y el que más sienten sus jugadores: el toque seguro, a ras del suelo, sin abusar del pelotazo. En ese marco Xavi, Senna y Silva inentaron crear juega ante una Itaia que sorprendió en los primeros minutos presionando arriba en la salida del equipo de Aragonés.
Italia sólo tuvo una opción en ataque: Antonio Cassano. El ex madrdista superó una y otra vez a Sergio Ramos y por su banda creó Italia algo de peligro.
Pero España fue más en esta etapa. Torres, aunque tocó poco la bola, se movió con criterio y creó espacios para Villa que, si bien perdió más de lo que ganó, inquietó siempre a la defensa.
El alemán
En estos encuentros cualquier detalle puede inclinar la balanza. Y el árbitro alemán Herbet Fandel pudo haber cambiado, por omisión, la historia del partido. Y es que en la primera etapa tuvo tres grandes errores: a los 17´ Ambrosini pateó a Villa dentro del área y no pitó un penalti bastante claro.
A los 28´ Grosso forcejeó en el área de manera ilegal con Iniesta, y el alemán volvió a tragarse el pito. Y a falta de dos minutos para finalizar la etapa Grosso derribó a Villa, clarísimamente, y otra vez, nada.
Más allá de Fandel, Silva, que remató varias veces buscando el gol, y Senna empezabana forjar su gran partido.
El peso de los cuartos
El inicio del complemento mostró un partido más equilibrado. España lució un poco más atada e Italia adelantó algo sus filas y, sin jugar bien, se arrimó al área de Casillas. Cassano dejó de gravitar y fue sustituido Ramos fue de menor a mayor- y comenzaron a colgarle balones a su ¨faro¨, Luca Toni, que inquietó con su presencia.
En el minuto 57´tuvo España una doble ocasión primero con Torres le cortaron el pase de la muerte para Villa- y otro para Silva que remató con mucho peligro.
A partir de allí el juego entró en el terreno de la tensión. Luis Aragonés dispuso el mismo doble cambio que en el partido ante Suecia: Fábregas y Cazorla adentro; Xavi e Iniesta afuera. En los primeros minutos del nuevo medio campo español hubo algo de desconcierto e Italia tuvo su mejor opción de gol cuando el ingresado Camoranesi remató una bola enredada en el área que sacó Casillas con el pie.
Mejor imagen en el final
Pasado ese breve lapso España lució mejor de allí hasta el final. Sin disponer de opciones muy claras arrimó más peligro al área rival.
Cesc se animó con el balón e intentó juntarse con Villa y Güiza (ingresado por Torres). De este modo, con Italia perdiendo el tiempo y España atacando se acabaron los noventa minutos reglamentarios.
Más físico y más espíritu
En la prórroga el equipo de Aragonés dejó mejor sensación que una Italia que no mostró ambición para ir a ganar el partido y dio por buena una definición en los penaltis. España lo buscó con un incansable Villa, con un grandioso Senna y un criterioso Silva.
No llegó a marcar la diferencia, pero disputó la tanda de penaltis sabiéndose superior a una Italia desdibujada, que bajo ningún concepto merecía unas semifinales de Europa.
San Iker de las mallas secas
Y en los penaltis apareció el héroe. Si antes del partido se había hablado sobre quién era el mejor portero del mundo, cierren las apuestas. Iker Casillas detuvo los remates de De Rossi y Di Natale y Fábregas definió la serie para poner a España en las semifinales.
El codazo de Tassoti duele menos
España ha llegado a esta instancia sin tener un fuera de serie como tiene Rusia en Andrei Arshavin; no tiene tampoco la fortuna enorme que acompaña a Turquía. Y no tiene la historia alemana para respaldarla.
Pero tiene argumentos más que válidos para dar pelea y soñar en grande. Y tiene millones de corazones que la empujan hacia la gloria.
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