Los 120 aburridos minutos más memorables de la historia

Los 120 minutos más aburridos de la historia del fútbol (especialmente para los seguidores de Yo soy Bea que se han tenido que tragar anuncios y disputas matrimoniales hasta acabar el dichoso encuentro) se han convertido en el partido más memorable de la década. De no pasar absolutamente nada, a no saber por donde empezar la historia porque todos los elementos son buenos. Empezando por el minuto loco, pasando por Rustu y acabando con un final de película que ríete tú de los italianos y los alemanes.

El minuto loco lo leeréis y lo veréis en todas partes. Incluso vuestros nietos (y no al revés) os contarán la historia. Un gol cuando acaba el partido de los croatas (min.120) y un gol cuando está acabado de los turcos otra vez (min. 122). Y entre gol y gol, un protagonista: ¡Mejuto! Este hombre ni de cuarto árbitro pasa desapercibido. La bronca que le mete Bilic por no autorizar un cambio es de esas de "vayamos llamando a Moratinos para hacer las maletas y negociar porque entre los austríacos, los alemanes y los croatas dudo que nos dejen entrar en Europa a los españoles".

Me detengo en Bilic. No por nada sino porque la crónica viene así dada. Es uno de esos entrenadores que sólo verlo te cae bien. Su pendiente, su nervio, su áurea rockera, sus ganas. Es una lástima que no haya pasado...Pero es que, claro, el míster turco también cae de puta madre y el corazón se te divide. Nunca me aprenderé su nombre - el del turco- pero sé que si este hombre viviera en Marbella sería Marc Ostarcevic (igual que si Modric fuera español, sería Juanele), un tipo con fe, con suerte y, lo principal, con ganas de tenerlas.

¿Suerte? ¿He oído suerte? Toca hablar entonces de Rustu. Nadie sabe que hacía ese hombre en en ese partido. Ni él. De repente alguien le dijo: "Oye que el bueno está sancionado, juegas tú" Y ha jugado, ¡vaya si ha jugado!. De los dos porteros es el que no salía del área pequeña cuando tenía que salir y el que ha salido cuando no tenía que hacerlo. El que te hacía cerrar los ojos en los balones fáciles y el que te los abría de asombro en los difíciles. Un Karembeu de la vida que ha eliminado a Turquía (porque Rustu ha eliminado a los suyos en el minuto 121) que de repente se encuentra que un melón suyo colgado al área se convierte en gol y que los croatas fallan el 75% de los penaltys que le tiran. ¡El héroe! ¡El puto héroe! ¡De locos! Ya tengo ganas de verlo otra vez en semifinales donde, por cierto, los turcos, si no repescan a Tayfun, Hakan Sukur, el calvo del Galatsaray, Ilyasova y Tunceri, van a tener los jugadores justos para un quinteto de baloncesto.

Al menos los turcos nos devuelven el comodín: "Fútbol es fútbol ( y mil cosas más como las de hoy que nadie jamás podrá explicar)"