El mecanismo de la naranja

La selección holandesa ha cuajado una fase de grupos sensacional. Sus partidos ante Francia e Italia sorprendieron gratamente a más de uno e hicieron disfrutar a cualquier espectador -incluso siendo francés o italiano, me atrevo a decir-. Se preveía que se clasificaría como segunda del Grupo D y lleva ya una semana situada, matemáticamente, primera de grupo. ¿Dónde está el truco de esta nueva 'naranja mecánica'?

La 'naranja mecánica' es, en realidad, una piña

El truco está, sobre todo, en su forma de jugar. Sobre el papel, Holanda juega con un 4-1-4-1, pero en el campo no existen las posiciones fijas. En el juego holandés imperan dos valores: la solidaridad y el orden. Pero entendidos de un modo amplio.

La solidaridad consiste en que todos juegan a lo mismo. Si el equipo ataca, por ejemplo, la línea de defensas se adelanta para no dejar huecos. Es decir, 'todos' atacan. Y se ven atacados por una banda, todo el equipo bascula hacia esa banda. Pero no se lo toman en el sentido estricto. El 'todos atacan' se podría convertir en que un defensa acuda a rematar un centro dejando descuidadas sus funciones. Esto no pasa.

El orden resulta algo similar. Uno es mediocentro defensivo y su labor es corta el juego contrario. Pero si se ve en la situación de conducir el balón hasta la mitad del campo contrario y allí hacer un pase en profundida, puede hacerlo -por solidaridad, sus compañeros cubrirán su hueco-. Del mismo modo, el delantero debe estar arriba para marcar goles, pero si hace falta bajar a defender para poder montar una jugada y que la culmine un centrocampista, pues se hace.

Estas son las principales claves del equipo del país de los tulipanes. Luego, claro está, ayuda tener una alineación así:

• Portero: Van der Saar: Seguro, ágil, con muy buenos reflejos, maneja el balón por alto y por bajo, mide lo suyo... No se puede pedir mucho más. Que no se lesione.
• Defensas: Ooijer, Mathijsen, Gio y Boulahrouz: Están muy finos. No cometen imprecisiones ni se ponen nerviosos. Se echan una mano unos a otros cuando el equipo rival presiona y sacan el balón jugado por bajo. Además, Gio sube por la banda de vez en cuando.
• Mediocentro defensivo: De Jong: Es el mediocentro defensivo. Destruye el juego rival como ningún otro, y si se despista, tiene a Engelaar que también hace de las suyas.
• Mediapuntas y extremos: Van der Vaart y Engelaar; Sneijder y Kuyt. Los primeros son -en teoría- los creadores del juego, y vaya que si lo hacen. Aunque en esta labor ha tenido gran importancia la tarea de Sneijder y Kuyt. Cuando no aparecen -sucedió durante la primera parte contra Francia-, su equipo lo nota. Y además marcan goles.
• Delanteros: Van Nistelrooy. Con una línea de medios tan atacante, el madridista no se siente solo. Además, participa mucho en la elaboración del juego. Baja con frecuencia a recibir el balón.
• Suplentes: Y si encima tienes en el banquillo a jugadores que te pueden desequilibrar un partido como Robben, Heitinga, Van Persie..., no hay de qué preocuparse.

Todo este esquema, ya sobre el campo, funciona de dos maneras: cuando les presionan y cuando no.

Si dejas jugar a Holanda, lo harán por bajo, con combinaciones al pie y pases en profundidad. Ahí te puede marcar cualquiera: Van Nistelrooy, Kuyt, Sneijder -tiene un gran disparo desde la frontal del área-...

Si los presionas, la defensa sacará el balón con cabeza y tratarán de combinar. Si no lo consiguen, lanzarán el balón a Van Nistelrooy o a Kuyt. Podría verse como el clásico 'patapum y p'alante', pero la diferencia está en que ambos jugadores recogen el balón, lo bajan al suelo y lo aguantan hasta que el equipo se acerca. Entonces comienzan a tocar de nuevo...

Ya acabo. En cuartos y rondas siguientes, la única incógnita que nos quedará por resolver es si mantendrán este nivel de juego los holandeses. Por el bien del espectáculo, que así sea.