Misión cumplida, euforia contenida

In extremis, con actitud y sin brillar España ganó y está con un pie en cuartos. Sin embargo, debe mejorar algunos aspectos.

Torres toca a gol. Mostró actitud

Otro triunfo, la clasificación a tiro, la confirmación de la racha de Villa y el subidón anímico que provoca ganar en la última bola son los aspectos positivos de una tarde que deja también algunas preocupaciones; la defensa continúa sin dar máximas garantías, el equipo cedió la iniciativa tras adelantarse en el marcador y el entrenador dio la sensación de estar algo desesperado al realizar una doble sustitución en un momento en que no urgía esa acción. Se derrotó a Suecia, que mostró poco, y cuando lo hizo, complicó.

El partido comenzó con mucho ritmo y al minuto Fernando Torres y Zlatan Ibrahimovic presentaron sus credenciales ante los defensas. España se hizo con el balón y lo manejó con criterio en los primeros minutos con Xavi como salida permanente, Torres muy activo -¿habrá surtido efecto la reprimenda?- y Andrés Iniesta, que a los tres minutos disparó desde lejos pero con poca puntería. A los 7´ Xavi envió un pase largo y muy preciso para David Silva, que no pudo dominar dentro del área.

En el comienzo Ibrahimovic, la gran amenaza sueca, se mostraba controlado por la zaga defensiva española. Y a los 14´ las buenas sensaciones que transmitía el equipo de Aragonés se tradujeron en la red. Tras una buena combinación en banda izquierda entre Silva, Villa y Capdevilla que acabó en córner, Xavi sacó corto para Villa que cedió de primera para Silva y éste, con su pierna izquierda desde la frontal, centró para que Torres, rápido de reflejos, se anticipará a la defensa y enviará el balón suave junto al poste para batir al portero Andreas Isaksson.

Pero tras el gol, España perdió el protagonismo y cedió la iniciativa a una, hasta ese momento, inofensiva Suecia, que comenzó a crear peligro. A los 16´ Henrik Larsson habilitó a Elmander que la tiró afuera desde la derecha. Cinco minutos después despertó Ibrahimovic que habilitó en forma brillante a Larsson, quien ensayó una definición demasiado exquisita y envió su suave remate sobre el larguero. A los 25, con Raúl Albiol en cancha por Puyol (se retiró lesionado), Sergio Ramos puso la pierna para impedir un remate dentro del área de Ibrahimovic.

España se relajó totalmente y Suecia fue decididamente a por el empate que llegó a los treinta y tres minutos por intermedio de Ibrahimovic; recibió un envío largo, falló su primer remate, aguantó la marca de Ramos y a la segunda batió a Casillas. De ahí hasta el final se creció Abrahimovic y España se desdibujó. Sin embargo, en el último minuto, tras buen desborde de Sergio Ramos, Elmander derribó a Silva, pero el árbitro holandés Vick no pitó penalti.

En la segunda parte Suecia tuvo que prescindir de Ibrahimovic, con problemas físicos, y pareció que ahí se le acabó la magia. España recuperó el dominio del balón e intentó crear circuitos ofensivos con Xavi, Iniesta y Silva. La Roja era superior pero no tenía claridad y por eso Aragonés –en una decisión a priori apresurada- mandó al campo a Cesc y Cazorla por Xavi e Iniesta. Los cambios, si bien no aportaron gran caudal de juego, acrecentaron la actitud del equipo, que se adueñó definitivamente del trámite. Torres se corrió al centro y a los dieciséis minutos no pudo definir tras buena jugada de Silva (de gran partido). Un minuto después, tras buena combinación ofensiva dispuso España de una triple oportunidad pero ni Silva primero, Villa después y Torres por último pudieron romper el empate.

España mostraba nervio pero no calidad. Centros, arrestos personales, coraje, pero no precisión. Suecia, bien gracias. No mostró nada en toda la etapa y su entrenador Largebäck se durmió a la hora de realizar modificaciones. A dos minutos del final Villa aguantó bien el balón y cedió a Torres que disparó raso y esquinado pero su remate fue controlado por la figura sueca, el portero.

Y cuando parecía que empate era inexorable, Capdevila despejó largo un balón que luchó Torres por la izquierda y derivó para Villa, que, entre los dos centrales suecos, se internó en el área y definió con categoría ante la salida de Isaksson. La casi clasificación permite preparar el próximo compromiso con tranquilidad. Pero que el triunfo no tape el bosque, porque en cuartos habrá que dar un salto de calidad.