Herederos: ¿Podrá Ribéry recoger el testigo de 'Zizou' en Francia?

Las fases finales de cualquier torneo son un auténtico escaparate mundial donde se muestran las mejores joyas futbolísticas que cada país tiene repartidas por todo el planeta. Algunas con muchos quilates y en ebullición, otras venidas a menos.

Ribery, esperanza gala (EFE)

Antaño no había jóvenes promesas, existían jugadores consolidados que se habían ganado a pulso el apelativo de "crack" después de muchos partidos. Ahora, cualquiera que hace dos partidos buenos es un proyecto de estrella. Por eso, las decepciones son abundantes porque los candidatos son muchos. Para ser considerado de los grandes te exigían levantar una Copa del Mundo o una Liga de Campeones; hoy cualquier puede presentarse al cásting de futbolista de oro.

El mariscal francés, Zinedine Zidane, ganador del Mundial de Francia en 1998 y la Eurocopa de 2000 disputada en Bélgica y Países Bajos. Ha sido uno de los placeres de nuestro fútbol más presente. Su estilo, su clase y su calidad lo hacían el jugador perfecto que todo club quiere tener algún día en sus filas.

Ganó dos ligas italianas con la Juventus y la liga española con el Real Madrid, además de la novena Champions blanca con un golazo para la historia. Su liderazgo era indiscutible y su juego un manjar exquisito. Experto en la llamada "ruleta" francesa y especialista en remates de cabeza, el último de su carrera sobre Materazzi en la final del Mundial de Alemania 2006, se convirtió en todo un símbolo del fútbol en color. Sería Fifa World Player en 1998, 2000 y 2003 (tan sólo Ronaldo y él han conseguido el triplete) y Balón de Oro en 1998, Con 31 goles en la Selección está entre los 5 máximos anotadores franceses, sin ser un delantero centro natural sino un organizador.

Han sido muchos los posibles herederos al trono, pero la corona pesa mucho, tal vez demasiado. Quizá en la actualidad las esperanzas estén depositadas sobre Franck Ribery, que pudo compartir vestuario con Zidane en el pasado Mundial de Alemania.

Interior derecho de apenas 25 años, juega en el Bayern de Munich desde 2007, tras su paso por el Galatasaray y el Olimpique de Marseille. Su bagaje en la Selección todavía es escaso, ya que se convirtió en internacional hace poco (27 veces). Pero las esperanzas sobre él son muchas. Su estatura menuda, 173 cm, y su velocidad le hacen ser un jugador peligroso en las bandas porque combina bien su habilidad con su calidad. Pese a esa posición de extremo, tiene llegada y tiene gol.

Es un jugador que necesita la banda para encarar a sus marcajes, pero también se desenvuelve bien en la media punta y en el centro del campo. Actualmente ha marcado dos goles con Francia, uno de ellos lo transformó a España para eliminarla del Mundial de Alemania. Con su equipo ha realizado 11 dianas en la pasada temporada.

Sin duda que con una Selección en pleno proceso de renovación, Ribery está llamado a coger los galones de Francia. Con 25 años tiene mucho que demostrar y muchos títulos que pelear.

El tiempo dictará sentencia y decidirá si fue digno heredero a la corona de Zinedine Zidane, auténtico Mariscal de su Selección durante 108 partidos.

Carlos F.