La intrascendencia del DNI

Deco, Pepe o Podolski han marcado goles en esta Eurocopa para países que no les vieron nacer. Son futbolistas asimilados que en su día hicieron caso omiso al pasaporte y eligieron los colores de la selección que les abrió las puertas para triunfar. Una nación que los adoptó como ‘hijos’ y ellos fueron capaces de dar una capa de barniz a su corazón para teñirlo con otros colores. El favor se lo devuelven ahora a base de goles.

Samba polaca (EFE)

Portugal está siendo una de las sensaciones de esta Eurocopa. Más allá de Cristiano Ronaldo hay un par de futbolistas que están dando un nivel exquisito. Deco y Pepe, brasileños de nacimiento, han sido dos de los goleadores del grupo que dirige Scolari. El madridista defiende con la precisión de un relojero suizo y el todavía blaugrana sostiene, y de qué manera, a Portugal. Ambos han anotado dos de los siete goles conseguidos por jugadores asimilados que se encuentran en Austria y Suiza.

Los más curiosos son los casos de Podolski y Hakan Yakin. El delantero del Bayern Múnich es el verdugo de Polonia, país que precisamente le vio nacer. Hasta el momento lleva anotados tres goles y dos de ellos se los marcó a ‘su’ selección en la primera jornada. El crack no los celebró, pero demostró que el fútbol no entiende de orígenes ni banderas. Lo mismo sucedió con Yakin que, siendo de ascendencia turca, marcó el único gol que Suiza le metió a Turquía. Son los caprichos del destino. Es la grandeza del fútbol.

El último de esta pléyade de jugadores, con DNI global, que han marcado en esta Eurocopa es Roger Guerreiro. Un brasileño con excelencia técnica que baila samba en Polonia. Fue el autor del gol contra Austria, una de las anfitrionas, y es la ilusión del fútbol polaco. Allí viajó para ganarse el pan, dejando atrás la ‘caipirinha’ y la samba. Ahora demuestra que la verdadera nacionalidad es la que se gana en el campo, a base de fútbol y goles.