Francia y Rumanía no se hacen daño

Ha comenzado “El grupo de la muerte”, pero no ha muerto nadie. Franceses y rumanos  han protagonizado el primer empate sin goles de este campeonato, y esperemos que el último. Tanto los unos como los otros han estado más pendientes de no recibir que de golpear.

Ribery no fue desequilibrante (Reuters)

El resultado, un partido de bostezos que deja a los franceses en una situación muy complicada para lograr el pase a los cuartos. Italia y Holanda no son los rivales más adecuados para jugarse la clasificación. Por su parte, los rumanos consiguen un punto que da más esperanza que opciones de superar el grupo.

 El miedo a perder ha provocado un empate  que no sirve a ninguno, pero que deja vivos a todos. Sin perder la función defensiva como objetivo primordial, Doménech y Piturca no han ayudado con los cambios a que sus respectivos conjuntos consiguiesen la victoria. El míster francés ha optado por Anelka como sustituto de Henry, y el parsimonioso  delantero del Chelsea no ha aportado nada.

El miedo a recibir y la poca presencia de jugadores que desequilibren ha provocado que la presencia física y la labor defensiva hayan sido los protagonistas del encuentro. Sólo Ribéry muestra algo diferente en una selección francesa llena de estrellas pero todas con el mismo molde. Preparados para recuperar, correctos tácticamente y con una fortaleza física envidiable, la imaginación y la sorpresa estaba antes en manos de Zidane, pero éste ya no está.

Por su parte, los rumanos han aceptado la propuesta de la contención, más por falta de recursos que por intención. Mutu y Chivu dan el aire de alta competición, experiencia y calidad a una selección que de haber tenido más suerte en el sorteo habría tenido serias opciones de conseguir algo importante.

El partido terminó con un aplauso resignado y conformista de Doménech y un grito de júbilo por parte de los miles de seguidores rumanos, que consideran este empate como una gran actuación, y no es para menos. Un punto para cada uno que llena de dudas a los franceses y de esperanzas a los rumanos.