La Eurocopa de Fernando Torres

Si hay algún jugador español que llegue en un momento dulce a esta Eurocopa, ese es Fernando Torres. El madrileño ha triunfado en su primer año en la Premier League, y ha conseguido que las miradas de media Europa estén puestas en la actuación que pueda realizar en la Eurocopa con la Roja.

Torres, la punta de lanza de España

Su salida del Atlético de Madrid fue tan polémica como inevitable. Mientras unos dudaban de su proyección, otros achacaban su estancamiento futbolístico a su prolongada estancia en el club de la Ribera del Manzanares. Finalmente Torres dio un paso muy importante para él y se aventuró a jugar en la liga más prestigiosa del mundo, demostrando que teníamos mucho Torres por ver.

A pesar de que Fernando Torres ya era un fijo en la selección española desde hace algunas temporadas, este es el primer año al que asiste a una gran cita internacional con la etiqueta de triunfador. Su primera temporada en la ciudad de los Beatles no pudo ir mejor, y de principio a fin demostró su valía como delantero. Junto con el omnipresente Cristiano Ronaldo, Torres ha sido el ariete más determinante de la Premier.

Pero un gran delantero debe triunfar no solo en su club sino también en su selección nacional. La Eurocopa es un gran escaparate de jugadores y las actuaciones memorables en los torneos internacionales son recordadas durante años. Valga de ejemplo la famosa "Mano de Dios" de Maradona, o el gol cantado errado por Julio Salinas frente a Italia. Un jugador grande debe ser también grande con su selección, y más si juega en una de teórico primer nivel como se le presupone a España.

La temporada de Torres invita a soñar. 24 goles en 33 partidos es una gran estadística para una liga tan importante como la inglesa. Además, dispondrá en punta de la compañía de un gran delantero como es David Villa, y del mediocampo más talentoso de la Eurocopa dispuesto a surtirle de balones. Individualmente, su conjunción de juventud y experiencia le sitúa en una posición inmejorable para poner el broche de oro a una temporada que podría ser recordada como la que consagró internacionalmente a Fernando Torres.