Todo proyecto empresarial que se precie debe contar con una estrategia de comunicación bien pensada, para asegurar que todo el que tiene algo que ver en el proyecto (los stakeholders) tiene a su disposición toda la información que necesita. Sin embargo, ¿qué ocurre si, de pronto, no hay novedades que comunicar?
Torre de comunicaciones en Montjuic, por Borkur.Net, vía Flickr.
What we got here is failure to communicate. [YouTube, 0:40]
Recientemente, he tenido la oportunidad de comprobar cómo la comunicación interna tiene un efecto adictivo de lo más intenso. Han sido tres las instancias que me han hecho darme cuenta de que, cuando acostumbras a los stakeholders de un proyecto a mantener un diálogo abierto y constante sobre cómo van las cosas, hay que saber mantener el ritmo si no quieres que sufran el síndrome de abstinencia de la comunicación interna. En realidad, esto yo ya lo sabía (es que soy así de listo, ya se sabe), pero lo que he aprendido es un matiz muy importante de este asunto: incluso cuando no hay noticias que comunicar, hay que comunicar. Es decir, la falta de novedades no es motivo para que la línea quede en silencio. Pero ¿cómo se comunica cuando no hay nada que comunicar?
Me he puesto a pensar en el tema y se me han ocurrido varias opciones válidas:
En definitiva, si has acostumbrado a tus stakeholders a una determinada frecuencia de comunicación, intenta mantenerla para no perder inercia y para no causar desasosiego entre tu audiencia. Si no tienes novedades, rebusca y, si de verdad no las encuentras, intenta cubrir el hueco con información alternativa.
Publicado originalmente en El Blog de Manuel Delgado.
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