Mitos de la selección española: Carlos Alonso, "Santillana"

Soñaba con ser Santillana y marcar de cabeza con la camiseta de la selección. Mis primeros recuerdos de fútbol son de cuando el blanco y negro se convirtió en color y las televisiones aun no tenían mando a distancia ni eran de plasma. En la selección jugaba Arconada, Satrústegui, Zamora, Maceda y mi ídolo de infancia, Carlos Alonso, "Santillana", ese tanque cántabro más rápido, más hábil y  más listo que el hambre.

Carlos Alonso González, "Santillana", un mito de la selección española

La primera vez que me disfracé por carnaval fue de Santillana. No de Juanito, no de Camacho. Aunque mi camiseta roja a rayas laterales y mi pantalón azul clarito no se distinguía de la de ningún otro jugador. Quería ser Santillana desde que lo vi jugando en la Eurocopa de 1984, en Francia. Después del fiasco del Mundial de España 82, las expectativas sobre la selección española eran más o menos... como ahora.

Pero salió la furia. Santillana era el prototipo de ese jugador que no era ni muy técnico, ni muy brillante, ni muy espectacular... Pero vaya si marcaba, y marcaba siempre, y de cabeza. Y todos le imitábamos en el patio del colegio.

Yo era de Santillana, pero del Santillana de la selección, no del Santillana del Real Madrid. A quien imitaba era al jugador que lo daba todo por el todo en el campo jugando enardecido por el himno nacional. Esa era la furia con la que yo soñaba y que ya se ha perdido para siempre.

Veintitantos años después esa furia ya no existe, se fue para siempre cuando Santillana, Camacho, Arconada y compañía se retiraron. Y cuando murió Juanito. Con ellos, la selección afronta cada reto lastrada por sus fracasos que le hacen caer en cuartos. Hoy, cuando empieza la Eurocopa de 2008, me acuerdo de aquella ilusión de niño por ver a la selección jugar la final de la Eurocopa de Francia en 1984. Y recuerdo a Santillana y lo hecho de menos. Un mito que buena falta le haría ahora a Luis Aragonés.