La tercera ronda del Open de Francia ha dejado encuentros espectaculares, remontadas épicas y alguna que otra sorpresa. Nikolay Davydenko, número 4 del mundo, ha caído demasiado pronto ante el croata Ivan Ljubicic, número 30. Por fin Rafa Nadal evitará al ruso en caso de llegar a las semifinales de este torneo.
LA SORPRESA
Sin duda, en Roland Garros no hay nada decidido hasta el último set point. Y así ha sido una vez más. Cuando el ruso Davydenko tenía un pie y medio en octavos de final, sopló el viento en contra. El ruso iba ganando por 6-4 y 6-2, desplegando un buen tenis con golpes ganadores por doquier, pero finalmente no reaccionó ante la recuperación de su contrincante, Ivan Ljubicic, que acabó imponiéndose por 3-6, 2-6 y 4-6.
Parece increíble cómo al cuarto jugador del mundo, según ránking ATP, puede dejar escapar un partido que tenía tan de cara. Esto demuestra que los tenistas también son humanos y que, tras una temporada cargada de lesiones, un gran jugador como Davydenko puede verse sorprendido ante un rival, a priori, de calidad inferior.
LA REMONTADA
El suizo Stanislas Wawrinka, que tras sus buenas actuaciones en el Torneo Conde de Godó de Barcelona y en el Másters Series de Roma, se colocó en el Top Ten de la ATP, ha caído frente al chileno Fernando González, en un partido de más de 4 horas.
El suizo se adjudicó las dos primeras mangas por un 7-5 y 6-2, que hacían presagiar una nueva victoria de este joven jugador venido a más en los últimos meses de competición. El compatriota de Federer guarda un buen revés y golpea fuerte a la pelota. Le gusta jugar al fondo de la pista y cuando se crece es complicado de parar. Pero tiene un gran fallo: no aguanta la presión. Tal vez por su inexperiencia, lo cierto es que en los momentos decisivos el jugador suizo tiende a arrugarse. Y el Torneo de París está hecho para campeones.
Fernando González, actual puesto 25, ha sabido jugar y tener paciencia: requisitos básicos e imprescindibles para remontar un partido. El chileno ha podido ganar el tercer set y poner nervioso a Wawrinka. Cuando un jugador gana un set después de ir perdiendo 2-0 se viene arriba. Sabe que tiene poco que perder y mucho que ganar, y es cuando empieza su mejor tenis. Al final, González consumó la remontada por un triple 4-6, 4-6 y 4-6. El chileno pasa a octavos de final, donde se las verá Ginepry. Si González no empeora, puede dar la sorpresa en París y llegar lejos. Con la venia de Rafa Nadal y Roger Federer, sin duda favoritos del Torneo.
A LA ESPAÑOLA
La calidad de David Ferrer es incuestionable. No en vano es el número 5 del ránking mundial y con muchas ansias de acercarse a los tres primeros. El valenciano (Javea) está completando una temporada fantástica: se impuso a Nicolás Almagro en el Torneo de Valencia, finalista en el Conde de Godó donde no pudo con Nadal... Tras unos meses de duda parece que ha vuelto el mejor Ferrer.
El español se motiva mucho en los encuentros. Cuando las cosas no le salen, un grito en el campo y un raquetazo al suelo, suelen servir para motivarse y ganar. Y así lo hizo en su partido de tercera ronda contra todo un clásico, Lleyton Hewitt.
El partido comenzó muy de cara para el nuestro en el primer set, con un Hewitt dominado donde más le gusta: al fondo de la pista. Con un 6-2 a su favor puso el partido de cara.
Más aún rompiendo el saque de su rival nada más comenzar el segundo set. Pero el australiano, número 28 del ránking, reaccionó y puso toda la carne en el asador. Parecía como el mejor Hewitt, también venido a menos en los últimos tiempos por muchas lesiones continuadas, se hubiera cabreado. Finalmente igualó el partido con un 3-6 a su favor. Había partido en la Suzanne Lenglen (donde cayó Óscar Hernández en la última jornada).
El tercer set también fue para Hewitt, con un David Ferrer molesto con su juego y desesperado con los golpes del australiano. Otro 3-6 para Lleyton y un warning para Ferrer que el valenciano necesitaba. Cuando todo se pone adverso, él sale adelante. Parece como si lo necesitara. Y aunque parezca paradójico, la amonestación del juez de silla le metió en el partido. Se llevó el cuarto set por 6-3 y con la confianza y las ganas devueltas. Y como he dicho antes, cuando David Ferrer se pone así, pasa por encima de cualquiera.
El quinto y último set sería tenso. Otro warning para el español, que regalaría un break importantísimo a Hewitt, sería definitivo. Cualquier otro jugador se viene abajo, pero la casta española siempre acaba saliendo, y así fue. Las cosas andaban muy en contra del valenciano, con bola de break a favor de Hewitt que hacía peligrar la eliminatoria. Tras salvarla, le tocó a David golpear, y tras unas cuantas bolas de rotura logró romper el servicio de un muy buen Hewitt.
Finalmente, servicio para el español y punto, set y partido. 6-4 para el español, que se enfrentará a Stepanek, número 22 del mundo y que seguro que acaba pagando su reciente lesión en el Másters de Roma, donde se retiró en semifinales tras haber eliminado al gran Roger Federer. Este es capaz de lo mejor... y de lo... dudoso.
Por su parte, Anabel Medina perdió su encuentro ante Kanepi en tres mangas: 1-6, 7-6 y 5-7. Las chicas españolas no están teniendo suerte en este exigente torneo. Dementieva, Sharapova, Ivanovic y Jankovic siguen fuertes y no "pinchan".
Carlos F.
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