Ayer Chile vivió un día de gloria. Ayer el mundo fue un poco mejor. No todo van a ser malas noticias. Chile es un ejemplo ha seguir. En los últimos 10 años ha hecho una cruzada contra su propia historia. En 10 años ha luchado por purgarse, por no sentirse culpable del pasado, por hacer justicia, por honrar a las victimas de la barbarie, las víctimas del Estado
Si hace diez años me alegre inmensamente el dia en que Jack Straw detuvo a Pinochet y nuestro heroe de Garzón intentó hacer lo imposible, hoy no es para menos. 98 personas pertenecientes a la que fue la policía secreta de la dictadura pinochetistas (DINA) han sido detenidas para ser procesadas por la operación Colombo en la que intentaron esconder la muerte de 119 desaparecidos.
Es una casualidad increible, 1998-2008. Fechas que el pueblo chileno no debe olvidar. Puede que no acaben en la carcel, como pasó con Pinochet, pero lo importante es el reconocimiento de culpabilidad. Que el gobierno democrático de Chile ponga todo en su empeño en reconocer lo sucedido y hacer justicia es un paso valiente que muy pocos países se atreven a llevar a cabo.
España es un ejemplo de todo lo contrario. Aqui medio parlamento tiembla sólo por hablar de memoria histórica. Han pasado más de 30 años desde la muerte de Franco y hoy seguimos con el mismo miedo. Nadie se atreve a mentar nada de lo ocurrido. Se habla de dictadura pero no de crímenes. Nadie se sentará nunca en un banquillo, ni será ni siquiera sospechoso de crímenes de la humanidad. Aún es más, muchos de los verdugos han ocupado hasta hace poco cargos públicos y se les llena la boca hablando de democracia con tal de que nadie les recuerde su pasado.
Y lo peor, la sociedad parece aceptarlos sin remilgos. Pocos son los que reclaman justicia y estos pocos son acusados de querer remover la mierda, de querer enfrentar a los españoles, de abrir las dos Españas. ¿Y no será que todo esto es necesario para seguir adelante? Todo lo que ocurre en España políticamente tiene que ver con este echar barro para tapar los agujeros. Todo, cada día, desde el fracaso de IU en las elecciones a las broncas de PP. Ya lo he dicho otras veces, pero no puedo evitar repetirlo. Mientras no sigamos el ejemplo chileno, nuestra sociedad seguirá inmadura. Estamos acostumbrados a callar para que no haya enfrentamientos, para que no nos miren mal. No sé porque somos un pueblo con tantos complejos.
¿De verdad que alguien cree que por tener una ley de memoria histórica digna (no la que tenemos ahora, que aunque algo es algo, esta a mitad de camino de lo mínimamente justo) se iba a producir una guerra civil? Tantos miedos son los que nos paralizan que provocan que un país como Chile nos de lecciones de humanidad, de justicia y, aunque nos joda, también de democracia.
A todo cerdo le llegua su San Martín, aunque sea al final de sus vidas. No creo en un Dios justiciero, pero sí en que las personas acaban quedándose por lo que son y que en una gran cantidad de ocasiones son condenadas por la ley. Aunque en España empiezo a dudar que esto pase, ni quedan por lo que son, ni son juzgados (ya no digo por la Justicia sino por la sociedad), aún es más, son figuras importantes, reconocidas y que son tomadas en cuenta.
Cuanto dolor ha sido hoy calmado en Chile, y cuanto dolor escondido queda aún en nuestro país. Hoy Chile y el gobierno de Michelle Bachelet han dado un ejemplo al mundo, un paso al crecimiento en nuestra humanidad. Gracias por darnos un espejo en el que mirarnos.
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