La tierra no es para impacientes

Se le puso complicado el primer partido a Djokovic. En el primer set el alemán Denis Gremelmayr –en el puesto 49 en la lista de resultados del año- le puso contra las cuerdas.

Djokovic

A Nole no le salía nada y Gremalmayr transitaba por la pista con total desparpajo. Djokovic parecía haber dejado las ganas de jugar y su enorme talento en el vestuario. Y encima un partido a 5 sets.

El alemán afrontó el segundo set con la misma temeridad que el primero, pero se empeñó en acortar los puntos. Buscó los restos directos y pretendió acabar los peloteos con dejadas. Los restos no le entraban y las dejadas eran excesivamente altas, favorables al serbio. Jugó con una inocencia propia de un novato: blando cuando se exigía contundencia y apresurado cuando el juego reclamaba calma.

El tercer set resultó más igualado, pero también se decantó finalmente del lado de Djokovic por 5-7 y el cuarto fue un paseo para el número 3 del mundo: 6-2.

Durante media hora Gremalmayr nos hizo creer el espejismo que uno de los favoritos podía caer en primer ronda. Su impaciencia nos permite disfrutar del elegante juego de Nole, quien tendrá como rival en la próxima ronda al español de la previa Miguel Ángel López.

El otro partido de la jornada, el que enfrentaba a Mathieu contra el tripe campeón Kuerten, acabó como se esperaba: victoria del galo en tres sets.

Los terrícolas avanzan sin problemas, a excepción de aquellos encuentros entre ellos. Como Carlos Moyá, que perdió en un partido que rozó las cuatro horas contra el argentino Schwank. En las postrimerías del encuentro, Moyá desperdició hasta cuatro bolas de ruptura y, en el juego siguiente, tiró por la borda una ventaja de 40-0. El argentino, 75 en la lista del año, se llevó el premio de vencer a un campeón de RG.

Nalbaldian se entrenó frente a su compatriota Carlos Berloq; Almagro bordó su partido contra el serbio Boris Pashanski; como Del Potro o Máximo González. Blake no tuvo problemas para ganar al veterano alemán Rainer Schuettler.