POLE PARA MASSA

Cuando todos miraban al cielo el piloto de ferrari, Felipe Massa, se centraba en la clasificación para lograr el mejor tiempo. Y así lo hizo. Con 1:15,787 se coló, ante todos los pronósticos, delante de su compañero de equipo, Kimi Raikonen, que saldrá de escudero por detrás del brasileño.

Fernando Alonso necesitaba la lluvia para luchar por los primeros puestos, y no fue así. El piloto asturiano de Renaul tan sólo ha logrado un discreto 7º puesto con un tiempo de 1:16, 852, y en Mónaco poco se puede ganar con estrategias de combustible. Magic seguirá pendiente de la meteorología para ver si puede dar la campanada en uno de sus circuito preferidos, donde el año pasado consiguió la pole y el primer puesto.

Parecia que el misil de Kimi Raikkonen volvería a marcar los mejores tiempos, y así lo hizo durante buena parte de las clasificaciones, tan sólo acechado en ocasiones por un ambicioso Hamilton que sigue sin coger la medida del circuito urbano. El inglés de McLaren tendrá que salir mañana desde la tercera posición, con un tiempo de 1:15, 839, tapado por sus rivales de Ferrari. Detrás de él estará Kovalainen. De nuevo liderarán la salida Ferrari y McLaren.

Finalmente, y tras una última vuelta casi perfecta de Felipe Massa, la pole fuera para el piloto cuestionado, robándosela a su colega Raikkonen que ya se veía saliendo desde la primera posición.

En las dos primeras sesiones clasificatorias lucía el sol, aunque en partes del trazado de Mónaco podía intuirse una peligrosa humedad que más de un susto provocaría entre los pilotos de Fórmula 1. Sobre todo Fernando Alonso, que veía como en las últimas partes del circuito el coche siempre "culeaba" de atrás demasiado, lo que le restaba precisión de cara al cronómetro.

Fue en la tercera sesión, última y decisiva, cuando las nubes se posaron sobre el Principado, y ante posibles riesgos de chubasco los equipos no quisieron asumir riesgos y no tardaron en salir para marcar sus tiempos. La baza de Alonso no se consumó, y tendría que luchar para meter a su R-28 lo más arriba posible. Se antojaba complicado, puesto que el piloto español logró salvar la Q2 in extremis, a penas 80 milésimas le permitieron pasar a la siguiente ronda. Las mejoras de Renault siguen ausentes y escasas.

Difícil, casi imposible, lo tiene el bicampeón, para luchar con los grandes por la victoria en el Gran Premio de Mónaco, que cuenta con un trayecto donde es muy complicado adelantar. En caso de lluvia, los pilotos delanteros también tendrán ventaja puesto que el agua que desprenderán sus monoplazas sin duda perjudicará a los perseguidores.

Nos espera una carrera emocionante donde, como siempre, todo puede pasar. Cualquier error se pagará caro y cualquier acierto cotizará al alza.